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El Circo romano. Los juegos en teatros y anfiteatros romanos.

LOS JUEGOS CIRCENSES EN ROMA:

La frase satírica del poeta romano Juvenal “panem et circenses” expresa muy bien el propósito de los juegos: contentar al pueblo con pan y circo.

El anfiteatro:

Era un teatro doble con un espacio central llamado arena. En el subsuelo había un complejo sistema de pasillos en el que se almacenaban los equipos escénicos y las jaulas de los animales. Todos estos objetos subían a la arena mediante un dispositivo mecánico similar a un montacargas.

En el exterior, un toldo enorme protegía del sol a los espectadores sentados en las gradas, debidamente diferenciadas según la categoría social. El anfiteatro más famoso de Roma fue el Coliseo, construido en el S. I  e inaugurado por el emperador Tito.

Los juegos del circo Romano

Los juegos del circo Romano

Los combates más usuales en el Coliseo eran los que enfrentaban a los gladiadores. Estos luchadores podían ser de varios tipos, según las armas y protección que llevaran:

  • Samnitas: iban armados con una espada corta y protegidos con un casco.
  • Tracios: empuñaban un sable y se protegían con un escudo pequeño y redondo llamado rodela.
  • Mirlitones: empuñaban una espada y se protegían con un gran escudo y un casco con el emblema de un pez.
  • Reciarios: se defendían con un tridente y una enorme red emplomada para envolver y derribar al adversario.

Los gladiadores eran prisioneros de guerra o condenados a muerte que recibían su castigo en el circo. Este castigo solo se aplicaba a los esclavos y ciudadanos de clase inferior. Los patricios podían ser castigados únicamente con la decapitación o el destierro.

También en el anfiteatro había otros espectáculos, como las cacerías de fieras salvajes, o lucha de fieras entre sí; y las naumaquias, o combates navales, que reproducían con total realismo las batallas navales.

El circo:

El Circo romano

El Circo romano


Era una construcción rectangular. En el centro del circo estaba la pista o arena, dividida longitudinalmente por un muro denominado “spina”.  Este espacio albergaba las carreras de caballos. Cada carrera consistía en completar siete vueltas a la pista. El contador de vueltas estaba situado en el muro central, y estaba formado por las figuras de siete delfines que iban señalando las vueltas realizadas.

Los carros empleados iban tirados por dos o cuatro caballos (bigas o cuadrigas). El cochero, llamado auriga, iba de pie, con las riendas enrolladas en la cintura.

Los circos eran construcciones enormes, como en el caso del Circo Máximo, que acogía a 40.000 espectadores.

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