A la católica majestad de Paul Verlaine de Amado Nervo
Padre viejo y triste, rey de las divinas canciones:
son en mi camino focos de una luz enigmática
tus pupilas mustias, vagas de pensar y abstracciones,
y el límpido y noble marfil de tu testa socrática.
Flota, como el tuyo, mi afán entre dos aguijones:
alma y carne; y brega con doble corriente simpática
para hallar la ubicua beldad con nefandas uniones,
y después expía y gime con lira hierática.
Padre, tú que hallaste por fin el sendero, que, arcano,
a Jesús nos lleva, dame que mi numen doliente
virgen sea, y sabio, a la vez que radioso y humano.
Tu virtud lo libre del mal de la antigua serpiente,
para que, ya salvos al fin de la dura pelea,
laudemos a Cristo en vida perenne. Así sea.
Añade tus comentarios sobre A la católica majestad de Paul Verlaine de Amado Nervo y consulta los comentarios de otros lectores interesados en este poema.
En los comentarios inferiores puedes consultar (o añadir si no están) el resumen, análisis y estructura de «A la católica majestad de Paul Verlaine», figuras literarias que se utilizan en «A la católica majestad de Paul Verlaine», tema, métrica y rima utilizada, comentarios estilísticos, contextualización de la poesía, interpretaciones, valoraciones personales sobre A la católica majestad de Paul Verlaine de Amado Nervo y todo lo que desees aportar.