Que desengaños son la verdadera riqueza de Francisco de Quevedo
¿Cuándo seré infeliz sin mi gemido?
¿Cuándo sin el ajeno fortunado?
El desprecio me sigue desdeñado;
la invidia, en dignidad constituido.
U del bien u del mal vivo ofendido;
y es ya tan insolente mi pecado,
que, por no confesarme castigado,
acusa a Dios con llanto inadvertido.
Temo la muerte, que mi miedo afea;
amo la vida, con saber es muerte:
tan ciega noche el seso me rodea.
Si el hombre es flaco y la ambición es fuerte,
caudal que en desengaños no se emplea,
cuanto se aumenta, Caridón, se vierte.
Añade tus comentarios sobre Que desengaños son la verdadera riqueza de Francisco de Quevedo y consulta los comentarios de otros lectores interesados en este poema.
En los comentarios inferiores puedes consultar (o añadir si no están) el resumen, análisis y estructura de «Que desengaños son la verdadera riqueza», figuras literarias que se utilizan en «Que desengaños son la verdadera riqueza», tema, métrica y rima utilizada, comentarios estilísticos, contextualización de la poesía, interpretaciones, valoraciones personales sobre Que desengaños son la verdadera riqueza de Francisco de Quevedo y todo lo que desees aportar.