El corazón es un órgano muscular con forma cónica, que presenta cuatro cámaras en su interior. Está situado en el mediastino medio, encima del diafragma, al que está unido por varios ligamentos.
Las enfermedades del corazón son muy comunes en la actualidad, quizá por la vida agitada que llevamos, la mala alimentacion, habitos poco saludables y el estres.
Por eso es necesario evitar la ansiedad, tratando de realizar una actividad laboral metódica, sin sobresaltos ni enfados, y tener una alimentación adecuada con poca de sal.
También son convenientes los paseos que ponen en contacto con la naturaleza, deporte moderado y adecuado para la edad,…
El corazón es un músculo que funciona automáticamente, es decir, se contrae y refleja por efecto de sus propios estímulos y su función impulsar la sangre, a través de los vasos sanguíneos, hasta el interior de los tejidos y órganos del cuerpo (desde la raíz de los cabellos hasta la de las uñas de los pies), para aportarles el oxígeno y los nutrientes que las células que los constituyen necesitan para vivir, en la cantidad adecuada para cada actividad del individuo.
Actúa como una bomba.
Las cavidades superiores, llamadas aurículas (derecha e izquierda), originan su propia contracción e impulsan la sangre que contienen hacia los ventrículos.
Los ventrículos, o cavidades inferiores, tienen su pared muscular muy desarrollada y se contraen inmediatamente después de las aurículas, por propagación del impulso proveniente de aquéllas; al contraerse, se cierran -entre aurículas y ventrículas- las válvulas llamadas: mitral la izquierda y tricúspide la derecha.
De este modo, la sangre sólo puede seguir un camino: el de su salida enérgica y veloz por las arterias: pulmonar (del lado derecho) y aorta (del lado izquierdo).
La incapacidad del músculo cardíaco, llamado miocardio, para expulsar la cantidad de sangre que el cuerpo necesita, según su mayor o menor actividad que en reposo es de 4 a 5 litros, constituye la insuficiencia cardíaca.
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Fallo en el bombeo del corazón.
A esta situación se puede llegar por múltiples causas: ya sea porque falla la fuerza muscular, como en las enfermedades infecciosas o metabólicas del músculo cardíaco (miocarditis: virales, chagásicas, diabéticas, degenerativas, etc) o por la falta de aporte del oxígeno necesario para la contracción del propio músculo, en las anemias graves, o cuando el oxígeno es reemplazado por monóxido de carbono en los glóbulos rojos, como cuando se respira aire viciado de una habitación en que hay carbón encendido o un motor de gasolina en marcha.
En otras ocasiones, por cierto muy frecuentes, falta oxígeno cuando las arterias propias del corazón, llamadas coronarias, se tapan y se vuelven incapaces de transportar la sangre necesaria, por efecto de una arteriosclerosis.
Sin embargo, la causa más común de insuficiencia cardíaca suele ser la provocada por hipertensión arterial; en este caso el corazón debe bombear permanentemente con mayor esfuerzo para vencer la gran elevación de la presión en la aorta o la pulmonar.
Con ello aumenta el tamaño del miocardio (como pasa con los músculos de un atleta que hace un deporte intenso); es decir, sufre hipertrofia, pero luego puede llegar a agotarse también, como cualquier deportista que realiza un sobreesfuerzo y como consecuencia pararse.
Las fallas en el bombeo del corazón pueden obedecer a múltiples causas: falla de la fuerza muscular por enfermedades del músculo cardiaco o por falta del oxigeno necesario para la contracción del propio músculo, o por arteriosclerosis.
Sin embargo, la causa más común de insuficiencia cardiaca es la provocada por hipertensión arterial.
En este caso, el corazón debe bombear permanentemente.
¿Qué es la hipertensión arterial?
Se llama hipertensión arterial el aumento permanente de la presión de la sangre, que se comprueba con un tensiómetro, alcanzándose cifras de más de 150mm de mercurio de máxima y 100 mm de mercurio de mínima (contra 140 y 80 de los valores normales) a causa de un aumento de la resistencia contra la que debe bombear el corazón, provocada por espasmos en los vasos periféricos del aparato circulatorio.
Se debe a la activación de sustancias especiales producidas en el riñón, con efecto contráctil sobre las arterias de la periferia.
Lo que sí interesa saber es que esta alteración suele ser provocada muchas veces por el efecto de la ansiedad y los contratiempos de la agitada vida ciudadana, que produce la liberación de esas sustancias vasoactivas, o por el efecto espasmodisante de la nicotina y otros productos absorbidos al fumar. Este mecanismo es provocado algunas veces por el excesivo uso de sal en los alimentos .
Prevencion de la hipertensión arterial
Conociendo estos mecanismos, podemos asegurar que con medidas fáciles pero permanentes es posible prevenir muchas veces el desarrollo de la hipertensión arterial o disminuir sus efectos.
Entre algunos consejos ya mencionados debemos destacar:
1) Vida pausada y relajada.
2) Dormir 7 u 8 horas diarias ayudándose, si es necesario, de alguna infusión o un buen libro hasta que aparezca el sueño. Alejarse de las pantallas de móviles y táblets.
3) evitar la contemplación de espectáculos violentos y reemplazarlos por buena música
4) Reducir consumo de sal
5) Dejar de fumar
6) ejercicio fisico moderado a diario.
Tiene una disposición oblicua, de forma que su eje mayor se dirige hacia abajo, hacia delante y hacia la izquierda, lo que hace que sólo un ter- cio de la masa del corazón se sitúe a la derecha de la línea media.
El peso del corazón es de aproximadamente trescientos gramos en el hombre y doscientos cincuenta gramos en la mujer, y su tamaño es de unos doce centímetros de eje longitudinal, ocho centímetros y medio de eje transverso, y seis centímetros de eje anteroposterior.
Los tabiques que separan las cámaras cardíacas originan unas depresiones visibles externamente en el corazón que constituyen el surco coronario (separación entre aurículas y ventrículos) y los surcos interventriculares anterior y posterior.
El corazón consta de una base (que no es la zona sobre la que descansa, sino la cara posterior), un vértice, tres caras (anterior o esternocostal, inferior o diafragmática, e izquierda o pulmonar) y cuatro bordes (superior, inferior, izquierdo y derecho).
La base está situada en la región posterior y superior y corres- ponde fundamentalmente a la aurícula izquierda. A este nivel se sitúan los vasos que entran (venas) o salen (arterias) del corazón y el seno coronario, que recoge la mayor parte del drenaje venoso del corazón.
Figura Visión general del corazón.
El vértice está formado por el ventrículo izquierdo y se dirige hacia abajo, delante y a la izquierda . En el adulto, se sitúa detrás del quinto espacio intercostal izquierdo, sobre la línea medioclavicular, donde puede palparse el latido de la punta. Cuando el ventrículo izquierdo está dilatado, dicho latido se desplaza hacia abajo y hacia la izquierda.
Estructura y cavidades del corazón.
El esqueleto fibroso del corazón está constituido por zonas de tejido conjuntivo fibroso que dan inserción al miocardio y a las válvulas cardíacas.
Estas zonas son la porción membranosa del tabique inter- ventricular y los anillos (trígonos) fibrosos que rodean los orificios auriculoventriculares y los orígenes de las arterias aorta y pulmonar.
La aurícula derecha recoge la sangre procedente de las dos venas cavas y del seno coronario. La desembocadura de la vena cava su- perior carece de válvula, mientras que la de la cava inferior presenta una válvula a modo de lengüeta llamada válvula de Eustaquio.
El orificio del seno coronario presenta la válvula de Tebesio, desde don- de parte una estructura tendinosa que se une al esqueleto fibroso central del corazón y se denomina tendón de Todaro.
La porción anterior de la aurícula derecha es rugosa, por la presencia de músculos pectíneos y se encuentra la orejuela derecha (superior) y la válvula tricúspide (inferior).
Entre la inserción de la válvula tricúspide, el orificio del seno coronario y el tendón de Todaro, se encuentra el triángulo de Koch, que indica la situación del nodo AV.
Silueta radiográfica del corazón.
La diferente morfología de las dos regiones distinguidas en la aurícula derecha es debida a su origen embrionario: la aurícula de- recha primitiva crece a expensas de incorporar gran parte del seno venoso primitivo. Así, la aurícula primitiva da lugar a la orejuela derecha mientras que el seno venoso origina el seno de las venas cavas y el seno coronario. Las dos porciones de la aurícula derecha quedan separadas en la pared interna por la cresta terminal y en la pared externa por una depresión llamada surco terminal. El tabique interauricular forma la pared posteromedial de la aurícula derecha, y en él destaca la fosa oval, vestigio del orificio oval fetal.
El ventrículo derecho constituye la mayor parte de la cara anterior del corazón. En su porción superior se halla la válvula tri- cúspide que está constituida por tres valvas: septal, anterosuperior e inferior). Su pared interna y extremo apical presentan trabéculas musculares, una de las cuales es la trabécula septomarginal, que contiene la rama derecha del haz de His, y músculos papilares (an- terior, posterior y septal), de los que parten las cuerdas tendinosas que fijan las valvas tricuspídeas.
Su porción izquierda forma un cono de pared interna lisa llamado infundíbulo o cono arterioso, del que se origina la arteria pulmonar. Separando la inserción de la válvula tricúspide y la de la pulmonar aparece un importante relieve muscular, la cresta supraventricular. El tabique interventricular se encuentra abombado hacia el ventrículo derecho, de forma que en cortes transversales, su cavidad tiene forma de media luna.
La aurícula izquierda se sitúa por detrás de la aurícula derecha, formando la mayor parte de la base del corazón. Recibe en su cara posterior las cuatro venas pulmonares y por delante se relaciona con el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral. En su porción superior e izquierda se encuentra el orificio de entrada a la orejuela izquierda. La cara externa de la aurícula se relaciona con la cavidad pericárdica, constituyendo la pared posterior del seno pericárdico transverso y la pared anterior del seno oblicuo.
El ventrículo izquierdo tiene un corte transversal circular y el espesor de su pared es tres veces mayor que el ventrículo derecho. Tiene forma cónica y en su base se sitúa la válvula mitral que pre- senta dos valvas, una anterior o septal y otra posterior o lateral. En su pared interna se hallan los músculos papilares anterior y posterior y en la cara medial, que corresponde al tabique interventricular, pue- den verse, bajo el endocardio, unas estrías blanquecinas formadas por la rama izquierda del haz de His.
Sistema de conducción cardíaca.
El sistema de conducción cardíaca se compone de células mus- culares cardíacas con capacidad de generar potenciales de acción (automatismo) y fibras de conducción especializadas. Se encarga de producir los impulsos que activan la contracción cardíaca y de distribuirlos a través del miocardio de forma que dicha contracción sea coordinada. Está compuesto por:
a) Nodo sinusal o sinoauricular de Keith-Flack: situado en la parte superior la aurícula derecha, en la unión del orificio de la vena cava superior con la orejuela derecha. Es el marcapasos “fisio- lógico” del corazón, ya que su frecuencia de descarga es mayor que la del resto del tejido de conducción. Del nodo sinusal parten unas “vías preferenciales”, mal delimitadas anatómicamente, que distribuyen los impulsos por las aurículas y convergen en el nodo auriculoventricular.
b) Nodo auriculoventricular de Aschoff-Tawara: situado cerca del tabique interauricular, en el triángulo de Koch, descrito previa- mente. Su arquitectura histológica es compleja, por lo que su velocidad de conducción es menor, lo que permite “frenar” los impulsos auriculares, retrasando su paso a los ventrículos.
c) Fascículo auriculoventricular o haz de His: se origina en el nodo auriculoventricular, atraviesa el trígono fibroso derecho y dis- curre por la pars membranosa del tabique interventricular. En la unión de la pars muscular y pars membranosa del tabique, se divide en dos ramas. La rama derecha desciende por el lado derecho del tabique y se introduce en la trabécula septomargi- nal. La rama izquierda se dirige al lado izquierdo del tabique y se divide, a su vez, en dos ramas, anterior y posterior.
Las ramas del haz de His se arborizan hacia la punta cardíaca y forman una red subendocárdica que se denomina red de Pur- kinje. A veces algunas de estas ramificaciones quedan libres en la cavidad ventricular, recubiertas de endocardio (“falsas cuerdas” del corazón).
Vascularización arterial cardíaca.
El corazón está irrigado por las arterias coronarias derecha e izquierda, que nacen en el origen de la aorta ascendente.
Los orificios de salida de las coronarias se encuentran en los fondos de saco que for- man las valvas de la válvula aórtica, llamados senos de Valsalva.
Angiografía normal de la coronaria izquierda.
La arteria coronaria derecha se sitúa en el surco coronario y avanza hasta el borde derecho del corazón donde emite ramas cola- terales, una de las cuales es la marginal derecha (o marginal aguda), que desciende hasta el vértice cardíaco.
Después de dar esta rama, la coronaria derecha alcanza la cara posterior del corazón y se in- troduce en el surco interventricular, pasando a denominarse arteria interventricular posterior. La arteria del nodo auriculoventricular procede generalmente (85% de los casos) de la arteria coronaria derecha, lo que se denomina dominancia derecha.
La arteria del nodo sinusal tiene un origen más variable, ya que en el 55% de los casos nace de la coronaria derecha, pero en el 45% procede de la coronaria izquierda. De forma esquemática, se puede decir que la coronaria derecha se encarga de vascularizar la mayor
parte de la aurícula y ventrículo derechos, el tabique interauricular, con el nodo AV y, con frecuencia, el nodo sinusal.
La arteria coronaria izquierda pasa por debajo de la orejuela izquierda y se introduce en el seno coronario para dividirse en sus dos ramas terminales: la arteria interventricular anterior y la arteria circunfleja.
La interventricular anterior (o descendente anterior) recorre el surco interventricular anterior, dando sus ramas diagonales y septales, hasta el vértice cardíaco .
La rama circunfleja continúa su recorrido por el surco coronario dando la rama marginal izquierda (marginal obtusa) y otras ramas marginales para alcanzar la cara posterior, donde termina. En resumen, la coronaria izquierda irriga gran parte de la aurícula y ventrículo izquierdos y los dos tercios anteriores del tabique interventricular.
Drenaje venoso cardíaco.
Existen dos tipos de drenaje venoso cardíaco: un sistema principal, que desemboca en el seno coronario (y a través de este en la aurícula derecha) y una serie de venas que drenan directamente en las cavidades cardíacas, sobre todo en las aurículas (venas cardíacas pequeñas y mínimas).
Drenaje venoso del corazón.
En el seno coronario desembocan:
• La vena cardíaca mayor: se origina en la punta del corazón y asciende acompañando a la arteria descendente anterior y a la circunfleja para desembocar en el borde izquierdo del seno coronario. A lo largo de su recorrido recibe a la vena marginal izquierda y a la vena posterior del ventrículo izquierdo.
• La vena cardíaca media: se origina en el vértice del corazón y acompaña a la arteria interventricular posterior hasta alcanzar el borde derecho del seno coronario.
• La vena cardíaca menor: nace en el borde derecho del corazón, acompaña a la marginal derecha y se introduce en el seno co- ronario para terminar en la borde derecho del seno coronario.
Pericardio
Es un saco de doble pared que envuelve el corazón y las raíces de los grandes vasos. Consta de una hoja externa, fibrosa y consistente (pericardio fibroso) y una hoja interna formada por una membrana transparente (pericardio seroso).
El pericardio seroso se compone a su vez de dos hojas: pericardio visceral y parietal, entre los que queda un espacio virtual denominado cavidad pericárdica, que normalmente contiene una pequeña cantidad de líquido.
Las dos hojas del pericardio seroso están en continuidad, ya que son parte de la misma membrana, que recubre el corazón, constituyendo la hoja visceral, y al llegar a los troncos de los grandes vasos, se refleja para unirse al pericardio fibroso, formando la hoja parietal. En las zonas de reflexión del pericardio se forman unos recesos que se denominan senos pericárdicos.
Senos pericárdicos.
El seno transverso de Theile se situa detrás de la aorta y el tronco pulmonar, que tienen una cubierta común de pericardio visceral. Forma un “túnel” que comunica a ambos lados con la cavidad pe- ricárdica. Su límite anterior y techo lo forman la aorta y la arteria pulmonar y su límite posteroinferior, la vena cava superior y las aurículas.
El seno oblicuo de Haller es un fondo de saco con forma de U invertida situado por detrás de la aurícula izquierda, entre la des- embocadura de las venas pulmonares, y a la izquierda de la vena cava inferior.
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