Sin luz no hay color porque en realidad, aunque creemos que vivimos en un mundo de objetos coloridos estos objetos sólo reflejan una determinada porción de luz que nos alumbra. La naturaleza aparenta mezclar los colores y crear los matices, y los grandes maestros de la pintura combinando sabiamente los oleos o acuarelas crean obras de arte que provocan sensaciones muy agradables al observador, pero todo es eso, pura ficción.
Una manzana es roja un platano amarillo, una hoja verde las nubes blancas, el cielo azul… Todo aparenta tener un color en el mundo.
Pero ¿que es el color? ¿Porque precisamente una manzana roja y no azul o blanca?
El color, como la luz con la que está tan íntimamente ligado, existe en realidad como componente de las sensaciones propias de los de los animales (entre los que el ser humano se encuentra).
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Percibimos los colores por una complicada combinación de procesos físicos, fisiológicos y psicológicos.
- Los procesos físicos: estos analizan la composición espectral de la radiación o estímulo lumínico que llega al ojo. Su campo pues esta dentro de la física; nada más.
- Los procesos fisiológicos: estudian la constitución del ojo y la influencia que ejercen sobre la visión la radiaciones de diferentes longitudes de onda e intensidad para ser convertidos en impulsos nerviosos. Se mueve como se ve dentro de una fisiología exclusivamente.
- Por último el proceso psicológico qué se dedica estudiar las percepciones que experimentamos por los otros dos procesos.
En 1915, un retratista norteamericano llamado Albert Henry Munsell inventó un sistema tridimensional de colores en forma de arco, que clasificaba los tonos de acuerdo con sus matices intensidad.
Este sería el primer selector de color.
Hoy con los ordenadores y los programas de diseño hay multitud de opciones de selección de colores, pero hace más de 100 años este sistema ya estaba inventado.
Pero ¿qué es en realidad el color?
La respuesta la dan los tres procesos enunciados anteriormente, y una de las definiciones más próximas a nuestra propia experiencia la encontramos en la descomposición de la luz a través de un prisma, tal como le hiciera el siglo XVII el gran matemático físico inglés Isaac Newton, que descubrió la ley de gravitación universal.
El espectro luminoso
Al lograr que la luz se descompusiera mediante el prisma el hombre quedo maravillado por este avance de la ciencia pero siguío preguntandose ¿por qué se descompone la luz blanca en colores?.
Hoy sabemos el distinto camino que siguen los rayos se debe a la diferente longitud de onda, y que cada longitud de onda corresponde un color. Y sabemos, también, que la radiaciones luminosas son sólo una pequeña parte del espectro, no ya luminoso, sino el conjunto de radiaciones electromagnéticas que se reflejan con el.
Así, los descubrimientos sucesivos han llevado a la comprobación de la existencia de los rayos X, de la radiaciones infrarrojas, ultravioletas, etc,… el prisma solo revelaba en la banda de siete colores que pueden observarse a simple vista en el mundo que nos rodea.
Longitud de onda igual color
Una vez que la radiaciones luminosas han llegado al ojo directamente desde la fuente productora de luz, a través de un objeto trasparente o por reflexión, como también son ocurrir, se produce una sensación de color. Para que esto ocurra la radiación electromagnética que está comprendida entre unas longitudes de onda de 0,0004 a 0,0007mm. Si la longitud corresponde a la primera cifra veremos el color violeta, si corresponde la última el color rojo. Dentro de estas longitudes veremos todos los demás colores del espectro visible.
Las radiaciones de diferentes longitudes de onda son reflejadas y absorbidas de modo distinto por los objetos. Esto hace que cada uno de ellos parezca poseer un color determinado. En verdad no lo tiene, ha sido el modo particular de reflexión el que determina el color.
Si todas las longitudes de onda se reflejan de la misma manera y objeto aparecerá blanco o gris, y si son absorbidas negro.
El color que percibimos de los objetos no es mas que la luz "rebotada" en el material que lo compone. Dependiendo que longitudes de onda absorba la superficie veremos el objeto de uno u otro color. El color existe en la luz que, sin embargo, nos parece incolora. En realidad el color del objeto se debe a la parte de la luz que refleja.
El ojo puede recibirla radiaciones luminosas directamente desde la fuente productora de luz o bien por la reflexión. La sensación de luz y color se produce cuando la radiación luminosa tiene una longitud de onda entre 0,0004 y 0,0005mm. Por ello, los ultravioletas y los infrarrojos no pueden verse simple vista.
El cielo es negro y las hojas de los arboles incoloras
Cuando los primeros astronautas transmitieron sus impresiones dijeron que, desde sus cápsulas espaciales, a través de las ventanillas abiertas al espacio, veian el cielo negro. Todo era negro alrededor, excepto aquí donde había un cuerpo que reflejaba la luz.
Porque la luz, en si, es invisible; nuestro ojo solo distingue oscuridad donde no puede reflejarse la luz. Por esa razón el cielo de los astronautas era y es negro.
Con nosotros sucede algo distinto y fundamental para la apreciación de nuestro ojo. Los rayos solares, al penetrar en la atmosfera terrestre, son difractados por las partículas de esta, es decir, divididos y reflejados. Este fenómeno provoca el color azul con el que vemos el cielo.
El color de las hojas de arbol, verdes normalmente, no refleja la realidad. Este color verde solo es el producto de la reflexión de la clorofila por la luz. Por eso, cuando las hojas se secan porque la clorofila ha desaparecido o disminuido, el reflejo es marrón, amarillo o de otro tono, pero no verde.
Como medir el color
Por métodos físicos puede medirse un color o, dicho en otras palabras, medir los estímulos producidos por el; por ejemplo: la intensidad de radiación y las diferentes longitudes de onda. El colorímetro, es el aparato más simple para este esto, y el espectrofotometro, para casos de mayor precisión de amplitud.
Digitalmente hay también muy sencillo medir un color con su cantidad de Rojo, verde y azul (RGB) o Cyan, magenta, amarillo y negro (CMYK) desde cualquier programa de diseño o edicion de imagenes como photoshop.
Interpretar el color
Contrariamente a lo que ocurre con el oído, con el que pueden distinguirse los diferentes tonos que forman un acorde musical, el ojo no puede percibir con claridad los diferentes componentes de la sensación cromática.
Pero esto no impide que en cada color hayamos podido encontrar propiedades diferentes, como lo son el tono, la intensidad, la luminosidad y, en menor grado, la saturación y la claridad.
Los colores básicos o fundamentales, por otra parte, son cuatro: amarillo, rojo, verde y azul, y hay que sumarles el blanco y el negro. Se los llama colores básicos o fundamentales porque no pueden crearse a partir de otros. A partir de ahí podemos interpretarlos, percibiendo el tono, la intensidad, la luminosidad etcétera.
Las sensaciones de los colores.
Tenemos la sensación de los colores cuando, través del ojo y los nervios ópticos llega un impulso nervioso al centro visual del cerebro.
La valoración de las emociones producidas por los colores tienen lugar en el rinencéfalo y las correspondientes reacciones del cuerpo en el hipotálamo. Por esto, por ejemplo, el color verde nos produce tranquilidad.