En las orillas de algunos ríos y del mar crecen unos curiosos árboles: los mangles.
Sus raíces, se hunden en el agua o la tierra y sostienen el tronco a varios metros del suelo. Esta raíces son como zancos.
El mangle crece en terrenos húmedos y limosos.
Sus raíces no rechazan el agua del mar ni sus mareas.
Los frutos del mangle germina mientras están unidos a una largo.
De ellos salen a raíz puntiaguda que, cuando el fruto se desprende, se hunde en el limo como una flecha.
Cierto día, un buque cargado con ostras naufragó en la desembocadura del río Casamance, en Senegal; los moluscos se desarrollaron en las raíces de los mangles y aún siguen viviendo allí y reproduciéndose en ese parque natural.
Cuando hay un gran número de mangles se forman los conocidos manglares.