En las montañas altas hace tanto frío que la nieve no se derriten nunca. Pero se amontona, resbala por las pendientes y termina por formar un río de hielo, llamado glaciar, que desciende lentamente hacia el valle, donde acabará por derretirse.
En la mayor parte de las altas montañas de Europa, la nieve no se derrite alturas superiores de los 2700 m. Se amontona, se transforma en hielo compacto. Por su propio peso, esa masa de hielo desciende poco a poco hacia el valle, formando un verdadero río de hielo. En ocasiones, el río recibe afluentes de hielo y sus morreras, que aumenta su volumen. Su velocidad no suele ser superior al centenar de metros por año. Al llegar al pie de la montaña se derrite.