Cada vez que escuchas música tranquila, disminuye considerablemente tu nivel de catecolaminas en la sangre (son las hormonas del estrés); por eso te relajas. Aprovéchate de esta circunstancia y siempre que escuches una melodía suave, concéntrate en respirar despacio, profunda y rítmicamente. Así aprenderás a hacerlo de la manera adecuada para ahorrar energías y reducir la ansiedad, algo que en el momento del parto te resultará muy útil. Ya en la Antigua Grecia era una práctica habitual interpretar música tranquila mientras las mujeres daban a luz, por su efecto calmante.
Los bebés estimulados con música en el embarazo, al nacer son más serenos.
El feto puede oír sonidos externos desde la semana 20.
La embarazada debe escuchar la música bajita, para evitar que su hijo se asuste.
Favorece el desarrollo cerebral del bebé
Pero escuchar música durante el embarazo no sólo es beneficioso para ti, sino también para tu pequeño. Y es que la música estimula y facilita el desarrollo cerebral del feto, haciendo que éste se produzca de un modo más armónico y equilibrado. Prueba de ello es que los niños que han sido estimulados con música a lo largo de toda la gestación, cuando nacen muestran un mejor desarrollo auditivo y motor. Por lo general, estos pequeños tienen menos problemas de sueño, suelen ser bastante más serenos y muestran unas capacidades de atención y de observación más agudas que el resto. Y también tienen más facilidad de razonamiento y se familiarizan antes con los números, algo que se explica porque la música favorece la formación de la estructura prelógica cerebral.
Por todo ello, la doctora F. Doltó, experta en métodos de comunicación prenatal, aconseja estimular al feto con música desde que empieza a escuchar los sonidos externos, sobre la semana 20 de gestación.
Si tú te animas a hacerlo, tienes dos opciones: o escucharla tú o acercarte unos auriculares a la tripa, para que él pueda escucharla directamente. Con cualquiera de los dos conseguirás transmitir a tu pequeño la misma sensación de relajación y bienestar que experimentas tú, pero en el segundo caso, al dirigir la estimulación directamente a su oído, también favoreces el desarrollo de este órgano y el perfeccionamiento de este sentido.
Según los expertos, los cantos gregorianos y la música clásica, en especial la de Bach, Vivaldi y Mozart, son algunas de las melodías más adecuadas para escuchar durante el embarazo. Pero también serán aconsejables otras más modernas, si te relajan, como las baladas de Manu Tenorio, la música New Age o las grabaciones específicas para relajar a las futuras mamás (en el cuadro citamos algunas). En cualquier caso, elige melodías rítmicas, y no las escuches a un volumen demasiado elevado. El líquido amniótico es un buen conductor del sonido y permite que éste llegue al bebé con nitidez, y si pones la música muy alta, tu hijo, en vez de disfrutar de ella, se asustará y se pondrá nervioso.
Antes de nacer, ya le gustan tus nanas
Además de ponerle música, otra opción muy acertada para relajarle y favorecer su desarrollo es que le cantes nanas. El tono de tu voz, rítmico, monótono y repetitivo, le producirá casi la misma sensación calmante que los latidos constantes de tu corazón.
Una vez que nazca tu pequeño, el buen hábito de escuchar música puede seguir favoreciéndoos a los dos: para calmar su llanto o dormirle, ponle las mismas melodías que estás escuchando ahora. Como las asociará con estos momentos tan gratos y placenteros de su vida intrauterina, se callará y se quedará dormido enseguida, lo que te facilitará la tarea de regular su horario de sueño y comidas y te permitirá disponer de más tiempo libre.
Como ves, los efectos beneficiosos de la música durante el embarazo son innumerables.