Una pareja puede decidir tener un hijo, pero esto no es suficiente. La fecundación es un mecanismo aparentemente sencillo que, sin embargo, pone en juego complejas operaciones, tanto en el hombre como en la mujer.
A todos los niveles pueden producirse una pequeña disfunción que impide el embarazo: un útero malformado, una cantidad insuficiente de hormonas en la mujer o espermatozoides anormales en el hombre.
Esto se llama esterilidad y es siempre difícil determinar su causa.
Sin embargo, hoy existen técnicas de fecundación artificial que permiten, a veces, lograrlo cuando los otros tratamientos han sido ineficaces.