Las grandes empresas comerciales o industriales intentan conocer el número y los lugares de residencia de las personas que podrían comprar los productos que ellas venden.
Éstas empresas desean tener seguridades acerca de las posibilidades de su clientela. Para descubrir este mercado, encargar un estudio que, a menudo, guarda grandes similitudes con un sondeo.
Un estudio de mercado es una investigación que permite conocer durante el parto la actitud del público ante un producto que va a ser lanzado y que puede ser nuevo o ya antiguo.
¿Gustará?, ¿Se comprará?, ¿Será demasiado caro?, ¿Habrá clientes para el?, ¿Qué cantidad de producto se habrá de fabricar cada año y, por lo tanto, tenerlo presente para la planificación?,… Para responder estas preguntas los especialistas elaboran cuestionarios y realizan encuestas entre personas elegidas de tal forma que representen a conjunto de los consumidores. Como consecuencia de estudios de mercado desfavorables, ciertos productos nunca ha salido a la venta, entras que otros, nunca previstos, han nacido rápidamente para responder a los deseos expresados por una clientela numerosa e impaciente. Es inevitable que los encuestadores reaccionen subjetivamente ante las informaciones que reciben. Así, se explica que los encuestadores que se habían ido a estudiar el mercado de zapatos una región muy atrasada emitiesen informes muy contradictorios. El primero aseguró que la venta sería un éxito clamoroso por qué nadie tenía zapatos, mientras que el segundo envió el siguiente telegrama «mercado de calzado inexistente en este país. Nadie lleva zapatos. »
Los progresos técnicos y los gustos del público llevan, a través de los estudios de mercado, a la transformación de los productos, a mejorar su calidad, a simplificar su presentación, a encontrarles nuevas utilizaciones, etcétera .
Hoy en día, con Internet, los estudios de mercado se han hecho masivos. Cualquier empresa puede tener información de primera mano de millones de usuarios con unos costes muy baratos.