La freidora eléctrica permite ahora conseguir unas cuantas fritas perfectas hasta en los menores detalles y, además, disminuye notablemente los humos y los olores.
Existen numerosas variantes: termostato, bimetal o del bulbo, que mantiene la temperatura de 180° a 200° una resistencia eléctrica sumergida en el baño de aceite o bien hundida en el cuerpo del mismo recipiente. Éste puede ser de acero inoxidable, de aluminio oxidado, de fundición de aluminio, o bien estar formado por una doble cubierta de bronce de aluminio y de cobre cromado, incluso de fundición de aluminio asfaltado y colocado sobre un pie de material plástico. Algunas freidoras desodorizan de los vapores mediante filtrado.
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