Una Helice es una pieza acoplada a un motor, que al girar sobre su eje en el interior de un fluido provoca el movimiento del mismo.
Cuando la hélice se sitúa sobre una embarcación o una aeronave, sirve para impulsarla.El origen de la hélice se halla en el tornillo de Arquímedes, ideado por dicho sabio griego en el año 236 a.C. A lo largo del siglo XVIII, varios físicos franceses y británicos propusieron su utilización como sistema de propulsión para embarcaciones, proyecto llevado finalmente a cabo por David Bushnell.
Este norteamericano construyó en 1775 el primer submarino conocido, el Turtle, que se sumergía y navegaba gracias a dos primitivas hélices. En 1800, el Nautilus de Fulton utilizó satisfactoriamente una hélice de dos ramas con el mismo objetivo. Sin embargo, se trataba todavía de dispositivos muy pesados y poco efectivos.
El desarrollo de las hélices modernas fue debido al británico Francis Pettit Smith y al sueco nacionalizado norteamericano John Ericsson. En 1837, este último logró por primera vez impulsar un vapor mediante hélices, el Francis B. Ogden.
Dos años después, Smith hizo lo mismo con el Arquímedes e inmediatamente incorporó la hélice a todos sus vapores de guerra, en sustitución de las ruedas de paletas utilizadas hasta entonces.