Tesis doctoral de Cristina Muñoz Abellán
En humanos, la exposición a una situación traumática (v.G. Guerra, desastre natural, atentado criminal) puede dar lugar a una psicopatología conocida como síndrome de estrés post-traumático (ptsd), un trastorno de ansiedad que cursa, entre otras, con alteraciones en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (hpa). El creciente interés por el estudio de esta patología va ligado al desarrollo de posibles modelos animales de ptsd, entre los cuales, en este trabajo, destacamos la exposición al olor del depredador en ratas. La exposición directa al depredador o al olor de éste es un estímulo estresante que, por su naturaleza etológica, ha cobrado especial relevancia en los últimos años. La presencia de un gato o de materiales impregnados de olor de gato en ambientes nuevos para las ratas, aún y cuando éstas no hayan estado nunca en contacto con un gato, desencadena, de forma innata, una batería de conductas defensivas. Además, esta situación puede dar lugar a cambios conductuales a largo plazo, entre los que se incluye un aumento duradero en la ansiedad. El objetivo principal de este trabajo ha sido evaluar la utilidad de este estímulo estresante como posible modelo animal de ptsd. Para ello, hemos estudiado los cambios conductuales y fisiológicos producidos por una exposición breve (15-20 min) a diversos tipos de materiales impregnados con olor de gato (orina vs piel). Se han estudiado tanto las respuestas inmediatas como los cambios a largo plazo (6-9 días más tarde) sobre la ansiedad o el condicionamiento del miedo, valorados mediante pruebas bien estandarizadas como el laberinto elevado en cruz (epm) o la exposición al contexto asociado al olor, respectivamente. A su vez, hemos comparado estos efectos con los provocados por un estímulo estresante de elevada intensidad, bien caracterizado en nuestro laboratorio, como es la inmovilización en plancha (imo). Nuestros resultados muestran que ambos tipos de olor de gato (piel, orina) dan lugar a una respuesta fisiológica inmediata similar y moderada en comparación con la observada tras la imo. Sin embargo, sólo el olor de la piel del gato resulta efectivo para desencadenar conductas de defensa inmediatas durante la exposición al mismo, condicionamiento de miedo al contexto y un aumento a largo plazo en la ansiedad valorada en el epm. No obstante, factores intrínsecos dependientes del gato en particular utilizado parecen ser críticos para determinar el incremento a largo plazo en ansiedad, en tanto que todos los gatos causan inhibición conductual durante la exposición y condicionamiento del miedo al contexto. Por otro lado, la exposición al olor de la piel del gato mientras el animal está inmovilizado no acentuó los efectos a largo plazo de ninguno de los 2 estímulos ni modificó el condicionamiento del miedo al contexto inducido por el olor. Por lo tanto, no parecen potenciarse los efectos del olor en animales inmovilizados ni existir ninguna interacción importante entre estímulos estresantes de distinta naturaleza. En conjunto, nuestros resultados siembran algunas dudas en cuanto a la aplicabilidad de la exposición al olor del depredador como posible modelo de ptsd, fundamentalmente debido, en primer lugar, a la moderada activación fisiológica a la que da lugar y, en segundo lugar, a la falta de consistencia en cuanto a las alteraciones duraderas en ansiedad.
Datos académicos de la tesis doctoral «Â¿es la exposición al olor del depredador en ratas un modelo animal de trastorno de estrés post-traumático?«
- Título de la tesis: ¿es la exposición al olor del depredador en ratas un modelo animal de trastorno de estrés post-traumático?
- Autor: Cristina Muñoz Abellán
- Universidad: Autónoma de barcelona
- Fecha de lectura de la tesis: 03/06/2011
Dirección y tribunal
- Director de la tesis
- Antonio Armario García
- Tribunal
- Presidente del tribunal: olga Valverde granados
- Fernando Martínez García (vocal)
- (vocal)
- (vocal)