Tesis doctoral de Joaquin Rodríguez Espinosa
Aunque van proliferando los estudios acerca del espacio en el contexto de la escultura, apenas encontramos trabajos que hayan abordado con profundidad el análisis del hecho escultórico desde el punto de vista de la experimentación del espacio que realiza el ser humano y de las conductas a que esta da lugar (punto de vista de la proxémica). Más escasos aún son los estudios en los que ese abordaje analítico centra su interés en aquellas actitudes de toma de conciencia activa y creadora que el sujeto adopta en su enfrentamiento con lo real y que derivan de la experimentación estética de los mundos de la vida. Y, todavía más escasos, aquellos en los que parte del análisis se materializa en propuestas escultóricas concretas. el enfoque que se ha dado a esta tesis doctoral entra dentro de estas últimas líneas de investigación. con un planteamiento como este, mi tesis queda dividida en dos grandes bloques al abordar el estudio del espacio escultórico desde dos perspectivas distintas: a) la primera perspectiva entraña una mirada hacia la exterioridad que, a modo de estado de la cuestión (marcadamente racional y objetivo), analiza: – el espacio físico y su proxémica, y – el espacio escultórico -en tanto que determinante de lo que se entiende por escultura- y el análisis de su evolución a lo largo de la historia. b) la segunda, en cambio, supone una mirada hacia la interioridad del individuo (más subjetiva, más creativa y más poética) que reflexiona sobre: – mi modo de concebir la realidad humana y la experimentación estética de lo real, – el papel que el espacio escultórico desempeña en ese proceso dentro del marco de una nueva forma de entender la proxémica, y – los factores que subyacen en las 16 propuestas escultóricas que he realizado en función de los puntos anteriores. las consecuencias de los análisis elaborados según el primer enfoque -agrupadas en los tres primeros capítulos de la tesis- actúan como precedente (condicionante y sustrato, al mismo tiempo) de aquellas otras -agrupadas en los dos capítulos restantes- a que ha dado lugar la adopción de un punto de vista más personal e intimista. en relación con las conclusiones alcanzadas en este trabajo cabría señalar lo que sigue: ¿ el espacio es una especie de medio neutro, in-diferenciado e in-existente, que adquiere la condición de cosa o de lugar, cuando sufre alguna clase de perturbación, esto es, cuando algo emerge como ente diferenciado. El motor que produce las perturbaciones es la mente, por lo que, en última instancia, el espacio es una «forma mental». habitualmente, diferenciamos un espacio interior (territorio del pensamiento, las emociones, los recuerdos, las ensoñaciones, etc.) Y un espacio exterior (donde se manifiestan los fenómenos). Pero, en realidad, interioridad y exterioridad no son otra cosa que perturbaciones provocadas por el pensamiento. ¿ habría que reivindicar una interpretación de la escultura como experiencia y apostar por una estetización (no difusa, que diría j. L. Brea) del arte y de la vida en el sentido de rescatar la profundidad cognitiva de la acción creadora en sí misma y la plenitud y el placer a ella ligados, con independencia del objeto sobre el que se proyecte o de que el sujeto que experimente sea, o no, un «artista». Esa manera de experimentar elimina cualquier distinción entre artista y espectador, entre arte y vida, en la medida que recobra la continuidad de la experiencia estética con los procesos normales de la existencia y que contribuye a la catarsis y a la expansión de los modos de vida. ¿ la escultura ha de trascender su tradicional sentido para convertirse en un agente activador «vivencial» del espacio. La activación del espacio que se produce en la escultura empieza siendo estética, pero enseguida conduce al sujeto a nuevas formas de conciencia, nuevos modos de percibir, reflexionar y actuar, en definitiva, de ser y vivir esa realidad espacial: las vivencias. ¿ de esta manera, la escultura no sólo es un objeto (una conjunción semantizada de materia y forma) o, muy especialmente, un hacerse (una interactividad), sino también un «instrumento para…», De entre cuyas funciones cabe destacar: – la de desplegarse como «un territorio emocional» que desborda las fronteras que tradicionalmente lo delimitaban expandiendo sus horizontes al campo más amplio de nuestras experiencias vitales. – la de ser el germen de experiencias extáticas. La experiencia estética que resulta de lo escultórico trasciende las fronteras de lo objetual y se proyecta hacia nuestro interior más allá del campo de las emociones y de las abstracciones mentales en busca del discernimiento de aquello que los orientales denominan la realidad última. La escultura así experimentada/vivenciada alcanza a sugerir aquello que no puede ser dicho por ningún otro lenguaje y posibilita su comprensión. la función concreta de «lo espacial» en ese proceso de acceso a la realidad última será la de suprimir las limitaciones y la parcialidad del espacio mental de la dualidad hasta atisbar el primigenio sí¢nta-rasa del que se habla en la tradición hindú, es decir, aquel estado de serenidad y gozo supremos que conlleva la toma de conciencia de lo absoluto a partir de las experiencias estéticas. ¿ además del espacio físico al que se refiere en origen la proxémica, existen otras formas espaciales con las que se puede interactuar, de las que derivan ciertas respuestas en los humanos especialmente significativas desde la perspectiva estética y que pueden tener un alcance muy importante con relación al sentido de nuestra existencia. Es por ello que en esta tesis doctoral se ha redefinido el concepto de proxémica para dar cabida: – a las perturbaciones del espacio que dan lugar al espacio escultórico y, por tanto, al conjunto de interacciones entre sujeto y espacio escultórico (con independencia de su origen físico o exclusivamente psíquico), – a las circunstancias en las que se producen estas interrelaciones, – y, sobre todo, a las reacciones y comportamientos que de ellas se desprenden: físicos, fisiológicos, emocionales, estéticos,… Y, particularmente, los que derivan hacia el desvelamiento de la «verdad». de esta manera, las esculturas que forman parte de esta investigación no son otra cosa que la manifestación proxémica (en sentido ampliado) de mi modo de entender y vivenciar el espacio, mientras que la tesis, en sí misma, constituye una proxémica (entendida ahora como «estudio») que examina algunos pormenores de la interactuación humano-espacial en el marco de mi experimentación estética de lo real.
Datos académicos de la tesis doctoral «La escultura como activador vivencial del espacio. reflexiones sobre la proxémica del espacio escultórico«
- Título de la tesis: La escultura como activador vivencial del espacio. reflexiones sobre la proxémica del espacio escultórico
- Autor: Joaquin Rodríguez Espinosa
- Universidad: Miguel hernández de elche
- Fecha de lectura de la tesis: 27/05/2009
Dirección y tribunal
- Director de la tesis
- guzman Santos Sánchez
- Tribunal
- Presidente del tribunal: Juan ángel Blasco carrascosa
- silvia Marti mari (vocal)
- Francisco Javier Caballero cano (vocal)
- raquel Barrionuevo perez (vocal)