Tesis doctoral de Ramón Córdoba Ortiz
El pensamiento de balthasar es un pensamiento de la totalidad y hay que tener presente este principio que se declina de la siguiente manera: – la realidad es bella, buena y verdadera. – la realidad es acontecimiento. – la realidad es libertad. – la libertad se convierte con el amor. – el amor se-muestra, se-da y se-dice. – la realidad es esencialmente encontradiza. el ritmo, secuencia y cualidad del encuentro lo marca la belleza. la libertad se hace encontradiza mostrándose. el amor es esencialmente encuentro. pero salta la paradoja ya que el amor lo que realiza es siempre lo otro, lo diferente de sí mismo; la libertad del amor se ejerce singularizando lo otro como diferente decir amor es decir diferencia. ¿qué encuentra lo otro que el amor? Libertad que lo realiza encontrándolo. ¿cómo es el encuentro de lo otro con el amor? El encuentro es estético porque el amor aparece mostrándose; el exterior de la libertad es la belleza; la belleza es el tacto de la bondad y la verdad. ¿cómo realiza el amor lo otro al encontrarlo? si el amor se-da dará lo mejor. ¿qué es lo mejor que puede dar el amor? él mismo, es decir, da realidad: belleza, bondad y verdad, que por ser amor es libertad, es decir, pone la diferencia de otra libertad, que será toda la libertad del amor, toda porque el amor no conserva nada para sí ya que su libertad es absoluta, es decir, se identifica con el movimiento donante del amor, es decir, no encuentra el obstáculo ontológico del yo, siempre es movimiento diferenciante, alterizador, poniendo la diferencia que funda el tú. la realidad del tú es la realidad del amor realizando, siendo libre, es decir, entregando toda su libertad poniéndola como otra libertad diferente. el tú coincide paradójicamente con la toda libertad del amor. el movimiento del amor es encuentro diferenciante al poner lo otro en virtud de su libertad que no puede ser sino realización de la diferencia, es decir, de lo otro como belleza, bondad y verdad. ¿cómo ha sido siempre el encuentro entre el amor y lo otro? Ha sido un encuentro estético, es decir, lo que sabe el amor del otro y este del amor es la expresión estética de cada cual, es decir, la expresión de ambas libertades o la manera de aparecer sus libertades. el contacto o encuentro es estético porque la belleza es la manera que tiene la libertad del amor de realizar la libertad del otro, de fundar la diferencia insuprimible e inalienable del encuentro. la belleza expresa la libertad del amor realizando la libertad del otro al singularizarlo. ¿de qué manera? en la belleza se expresa la libertad y el encuentro estético es contracción del amor, retirada del amor, disposición de espacio para que lo ocupe o lo llene el otro, se funda entonces una diferencia o distancia insalvable. belleza es un sí negativo, es la experiencia del amor dándose y diciéndose y simultáneamente desapareciendo, poniendo al otro como distinto de él. el otro, al ser realizado, al tener realidad encontrado por el amor lo es al ser encontrado por la belleza, es decir, la experiencia estética del encuentro como raíz de la persona es la experiencia del encuentro de la belleza del amor, que es la experiencia positiva de su retirada como espacio afirmativo en la que se funda la diferencia del otro. la belleza fragua la diferencia y convierte el encuentro en fuente inagotable de asombro porque la diferencia no se cierra, porque la libertad es indomeñable. la diferencia se regenera porque es el amor, es decir, la libertad del amor quien impide que se anule dicha diferencia, el amor realiza al otro al darle toda su libertad, es decir, lo hace con su libertad, como algo tan diferente al ser otra-libertad que siempre es fuente de asombro. el encuentro es perpetuo acontecimiento porque es un reciproco acontecimiento estético, una reciproca experiencia estética, el encuentro de dos libertades que esperan la expresión de la libertad del otro, que es a su vez la experiencia de recibir libremente del otro el espacio de su propia libertad, libertad que espera libertad, que por-venir de la otra libertad es constantemente novedad, sorpresa, acontecimiento, promesa. uno no sabe del otro la libertad que le va a entregar porque en el encuentro con el otro encuentra la libertad del otro expresada en la belleza, es decir, la libertad realizándose como belleza. el amor, al ser libertad sin obstáculos, es decir, libertad absoluta, es absoluta posesión de sí, es decir, persona y la diferencia que el amor pone en el encuentro es diferencia personal, es decir, lo pone como otra libertad, es decir, persona. no hay persona sin libertad y no hay diferencia personal sin encuentro estético ya que la libertad, que no puede ser sino amor, funda la diferencia del otro en el espacio que su propia libertad es capaz de dejar o dar al otro para que éste sea, y esta virtud de la libertad se cumple cuando la belleza rige la dinámica del encuentro. ¿dónde sitúa o descubre balthasar dicho acontecimiento estético, es decir, donde rige la belleza? En el encuentro madre-hijo que denomina meta-antropológico. el hijo es en el encuentro con la madre que se expresa su libertad como bella, buena y verdadera. la diferencia madre-hijo es la diferencia que pone la libertad de la madre en su sonrisa, repite balthasar, la madre afirma al hijo como otro diferente. la diferencia madre-hijo integra y apunta la diferencia esencia existencia que balthasar considera una síntesis irresoluble y cifra de la libertad. la realidad juega con la razón. No hay síntesis última. Tan legítimo es concluir lógicamente que el ser es finito como infinito. balthasar dirá: parece que la realidad se sostiene en el aire. no hay necesidad porque la realidad se funda en la libertad. el encuentro estético desencadena el drama. drama significa encuentro de dos libertades. balthasar inserta el yo en la encrucijada de la libertad, lo interpreta a partir de una dialógica de la libertad. el hombre gana su yo y conquista una identidad cuando coincide con su libertad. sin embargo una dramática finita, madre-hijo, no pasa de ser una promesa imposible. la libertad del hijo refleja la finitud y contingencia de la libertad materna. la llamada materna suscitó la conciencia del hijo y su irrepetibilidad, pero en el fondo ningún hombre puede decir a otro quien es realmente en sí mismo (td 3,112) porque no sabe quién es en sí mismo, carece de identidad porque carece de libertad. la finitud de su libertad le impide alcanzar la realidad personal. si la libertad del hijo es fruto del encuentro estético con la madre el acceso del hijo a la realidad personal es limitado o finito por la misma finitud de la libertad materna. ¿quién soy yo? Es la pregunta, planteada por balthasar al final de los prolegómenos. solo el encuentro con una libertad infinita resolverá la cuestión que plantea la esfinge a edipo. dice balthasar al comienzo de la trilogía que la forma lograda del cristiano es lo más bello de cuanto en el ámbito mundano pueda darse; la encarnación lleva a su plenitud la ontología y la estética del ser creado, del que se sirve dotándolo de una profundidad nueva como lenguaje para expresar el ser y la esencia divina. persona será la forma que la libertad infinita da a la libertad finita. ¿qué es forma, gestalt? forma es lo que expresa una totalidad, lo que lo revela partiendo de sí, pero permaneciendo en sí y remitiendo a la profundidad que expresa. forma será libertad expresada y recuperamos así el trascendental belleza. lo bello se sitúa objetivamente en la encrucijada de aquellos dos momentos que santo tomás llama especies y lumen, la forma y el esplendor; su encuentro se caracteriza por los momentos correspondientes del percibir y del ser arrebatado. percepción de lo bello y fuerza arrebatadora de la belleza van inseparablemente unidos. nadie percibe lo bello sin ser arrebatado y solo puede ser arrebatado aquel que lo percibe. las palabras que intentan expresar la belleza giran alrededor del misterio de la forma o de la especie. formosus viene de forma, speciosus de species. Pero enseguida surge la pregunta referente al gran esplendor que viene de dentro y que hace speciosa a la species: splendor. la especie y la refulgencia que de ella irradia haciéndola valiosa y digna de ser amada son simultaneas (g 1,24; 4,23-39). la realidad buena y verdadera se expresa o aparece (erscheinung) en la forma. si la realidad es libertad expresándose ¿cómo y en qué consiste la percepción de la libertad? toda la realidad y a nivel epistemológico el pulchrum requiere como forma de conocimiento la percepción estética (wahrnehmung). no hay posibilidad de objetivar la forma. si la realidad es libertad expresándose ¿cómo y en qué consiste la percepción de la libertad? la realidad es un todo que hay que acoger sin fragmentarlo ya que como totalidad lleva dentro de sí las condiciones de posibilidad de su existencia y de su credibilidad. en este momento comienza el rapto (entrí¼ckung), la contemplación estética de la forma, creándose entonces una referencia, una devolución, no ya a una realidad externa sino al fundamento mismo del ser que se-da y se-dice en la forma. ¿en qué consiste la expropiación o arrebato de la experiencia o encuentro estético de cara a la realidad personal? el esplendor de la forma o la belleza de la realidad expresan la libertad que se-da y se-dice. belleza, kalon, viene del verbo kaleo, llamar. La belleza convoca al encuentro. la realidad arrebata para dar-se, pero, paradójicamente, también expropia. la libertad expresada en la forma acrecienta la libertad del hombre que por ella es encontrado. la expropiación es la experiencia de la libertad que se dilata, que se trasciende o se excede a sí misma porque otra libertad le concede espacio para ello. La maternidad ejemplifica esta experiencia. el hombre, dice balthasar no existe más que en el diálogo con su prójimo. El niño es evocado a la conciencia de sí mismo por el amor de la madre expresado en su sonrisa. El horizonte del ser infinito se abre para él en este encuentro meta-antropológico revelándose cuatro facetas: 1) que él es uno en el amor con su madre, 2) que este amor es bueno y por tanto todo ser es bueno, 3) que este amor es verdadero, 4) que este amor es bueno y por tanto todo ser es bello. el niño, continua balthasar, tiene conocimiento no de una aparición sino de su propia madre ya que la epifanía del ser solo tiene sentido si en la aparición (erscheinung) captamos la esencia que se manifiesta (ding an sinch). la consecuencia de la expropiación o arrebato ¡paradójicamente! Es la singularización del sujeto percipiente dado que la abundancia de libertad se traduce en autonomía, autoposesión (autexousion) y conciencia. Sin embargo la finitud mundana condena al fracaso el objetivo humano de ser alguien, de tener una identidad no pasajera, no caduca, ¿quién soy yo? balthasar recurre al ámbito del teatro, de una dramática calderoniana, para alumbrar una solución que pasa por integrar el yo y el papel interpretado. solo una libertad infinita, solo una forma absoluta, solo el encuentro estético con la realidad infinita promete al hombre la libertad que lo eleve de sujeto espiritual (naturaleza común a todos los hombres) a realidad radicalmente singular, por ser plenamente libre, es decir, por ser persona. ¿dónde está la distinción y la contraposición de los sujetos humanos? (Sc 262) pregunta balthasar. Precisamente aquí se encuentra el límite de toda filosofía. Un yo puede distinguirse solo accidentalmente de otro. Por eso la filosofía continúa hablando solo del yo del sujeto, de la conciencia en general. La filosofía solo puede delinear una antropología general, una sociología general, una psicología general. Pero el hecho de que la persona pueda tener un valor eterno e insustituible no se puede sostener con una fundamentación filosófica ni en la filosofía precristiana ni en el idealismo poscristiano y todavía menos en el materialismo y en el evolucionismo biológico. Quién sea yo no se me es dado a conocer sino por ser el tú de una libertad infinita. el sujeto espiritual sabe que es este sujeto, y por ello que es hombre de modo único ¿sabe con ello quién es? Puede atribuirse un haecceitas cualitativa, pero no puede describirla positivamente, ni ningún otro sujeto, incluso la madre puede hacerlo. ¿cómo fundar y fundamentar la realidad personal? si la ontología se consuma en el cristianismo ¿dónde consuma el cristianismo la ontología? la metáfora que enmarca la parte primera de este trabajo pretende clarificar esta cuestión. la ontología se consuma, desde el punto de vista balthasariano, en la cruz. Realidad, libertad y cruz convertuntur. El episodio religioso lo interpreta balthasar como acontecimiento absoluto, el acontecimiento por excelencia. el crucificado consuma la ontología porque en el crucificado se expresa la libertad infinita, la libertad infinita aparece en el crucificado. el crucificado es la forma de la libertad infinita que se-da y se-dice. el esplendor de esta realidad trasciende analógicamente la belleza finita e irradia en cuanto súper-forma la belleza de la realidad infinita que balthasar denomina gloria. la gloria es la expresión de la libertad infinita y su encuentro eleva al sujeto espiritual a realidad personal porque el hombre participa de la realidad radicalmente singular del crucificado. ¿en qué sentido es cristo radicalmente persona? el hijo, segunda persona de la trinidad es hijo en cuanto toda su realidad coincide con toda la libertad del padre, primera persona de la trinidad. El encuentro de ambas libertades genera un drama. el hijo es libre y es persona interpretando, en sentido teatral, la libertad del padre. este papel teatral o misión lo cumple definitivamente en la cruz. la cruz es el lugar del drama teológico y humano, el momento en el que el hijo es más libre porque toda la libertad del padre la expresa interpretando el papel que el padre le otorga. abandono y muerte es signo de singularidad, concreción y diferencia. al expresar toda la libertad del padre, la libertad que el hijo asume, paradójicamente, lo hace infinitamente sí-mismo, absolutamente un quién, definitivamente e incomprensiblemente persona perfecta a pesar de su finitud humana. según balthasar, participar de la libertad del crucificado, dejarse arrebatar por su gloria, encontrarlo no intelectualmente sino estéticamente, significa asumir un papel teológico, es decir, permitir que la libertad infinita del padre la interprete cada hombre actuando con un papel o misión determinado en el ámbito eclesial. la libertad infinita, paradójicamente, eleva la libertad finita al orden infinito sin perder por ello su naturaleza finita. el sujeto espiritual es auténticamente libre en el orden teológico y puede responder a la pregunta ¿quién soy yo? su papel, identidad o misión es gracia, es decir, libertad regalada.
Datos académicos de la tesis doctoral «Encuentro y persona en hans urs von balthasar«
- Título de la tesis: Encuentro y persona en hans urs von balthasar
- Autor: Ramón Córdoba Ortiz
- Universidad: Sevilla
- Fecha de lectura de la tesis: 07/05/2009
Dirección y tribunal
- Director de la tesis
- pacheco Sanz Hernandez
- Tribunal
- Presidente del tribunal: María del carmen Santos gomez
- José arturo Dominguez asensio (vocal)
- Juan agustín García gonzález (vocal)
- Rafael Alvira dominguez (vocal)