Tesis doctoral de Luis Gómez Romero
La investigación se encuentra estructurada en torno a un concepto clave: la esperanza, misma que es entendida como afecto de espera e inteligencia proyectada hacia un futuro más benigno que el presente. Entre amenazas de guerra nuclear, genocidios, violencia estatal y corporativa o una desigualdad injustificada y creciente, el siglo xx se vio precisado a reinventar culturalmente la esperanza y, como consecuencia de ello, produjo un género literario que se ajustara a sus ansiedades y terrores: la distopía. Autores como yevgeni zamyatin, aldous huxley y george orwell imaginaron sociedades degeneradas y perversas cuyo carácter ficticio potencia sus alcances cognitivos: alertarnos sobre la encrucijada en la que nos encontramos, llamarnos a cambiar las tendencias históricas que podrían conducirnos hasta los infiernos sociales que describen en sus respectivas obras. el objeto de estudio propuesto, justamente, son las distopías literarias, que son analizadas bajo un enfoque que les sitúa como artefactos heurísticos útiles para delimitar una concepción de la sociedad justa. Bajo su modalidad clásica, la visión distópica registra nuestro presente en términos apocalípticos que le identifican como una oportunidad perdida para evitar el advenimiento de la pesadilla social. La distopía, en efecto, enfatiza el impacto a largo plazo de ciertas prácticas o criterios normativos inscritos en nuestra convivencia cotidiana cuya familiaridad nos impide percibir los peligros que encierran. La mise-en-scéne distópica, por regla general, comienza en el centro de otro lugar enfáticamente peor que el mundo real. Al igual que en los textos utópicos, la estructura y el funcionamiento de esta sociedad alternativa son descritos con cierto detalle. No obstante, lo que singulariza a este género literario no es la perfidia de esa otredad imaginaria, sino cómo es evaluada por uno de sus habitantes. La trama se desarrolla entonces alrededor del protagonista inadaptado que consigue trascender la enajenación imperante en su entorno social, discierne las (sin)razones que le sustentan y, a partir de ello, les opone una resistencia cuyo destino es variado, según el talante del autor: puede ser irremisiblemente aplastada; o bien, a pesar de la derrota, inspirar a otros sujetos a desafiar el poder establecido; o, incluso, configurar un movimiento político que amenace con abatir el sistema hegemónico. el siglo xx no sólo conoció distopías, sino que igualmente fue capaz de forjar una de las más poderosas utopías que ha concebido la humanidad: los derechos humanos. Tales derechos, en cuanto expresión jurídica e institucional de una específica concepción de la justicia, sintetizan un proyecto utópico, esto es, un espacio y un tiempo alternativos en los que resulta perfilada una vida mejor que aquélla que actualmente gozamos. Esta utopía -como lo confirman a diario incontables violaciones de los susodichos derechos- está en proceso de ser realizada, pero todavía no puede ser afirmada como un hecho irreversible. Para su consolidación es precisa una educación para los derechos que puede calificarse también como una didáctica utópica o, dicho en otras palabras, una técnica de enseñanza enfocada hacia la realización de una utopía concreta. los derechos humanos imponen sobre el acto educativo unos requisitos de legitimidad que excluyen cualquier adoctrinamiento. La exigente utopía de los derechos humanos, en obsequio del irrestricto respeto a la dignidad y la autonomía moral inherentes a cada individuo en que se basa, sólo permite adhesiones voluntarias bajo su faceta educativa (otra cuestión es que, fuera de las aulas, tales derechos sean vulnerados: en este supuesto, los sujetos insumisos deben ser sometidos al ejercicio de la coacción pública). Es necesario, por consiguiente, identificar técnicas didácticas ad hoc a los derechos humanos que, sin lesionar la autonomía de los sujetos educados, al propio tiempo les instruyan en el por-venir revolucionario que éstos anticipan. la lectura y debate de textos literarios en general y, especialmente, de aquéllos adscritos a los géneros utópico y distópico, constituye una herramienta didáctica idónea para este fin. A efecto de demostrar esto, he centrado mi análisis en un caso específico de distopía literaria: la serie de novelas sobre harry potter publicada por joanne kathleen rowling entre los años de 1997 y 2007. como sucede con el escenario inscrito en cualquier relato distópico, la comunidad mágica que acoge a harry potter hace las veces de un laboratorio en el cual experimentar con nuestra imaginación política. Metodológicamente, la utopía (y lo mismo puede señalarse con relación a la distopía) exige desplegar una compleja hermenéutica que, por un lado, asume un estado de cosas ficticio como efectivamente realizado y, por otro, recurre a esta misma ficción como criterio de contraste respecto a las realidades sociales y políticas operantes en un momento histórico determinado. La hermenéutica utópica es, ante todo, un ejercicio de ponderación que puede dividirse en dos momentos: primero, una crítica de la sociedad real que pone de relieve aquellos aspectos de ésta que deban ser transformados para mejorarse en función de un criterio normativo definido (por ejemplo, la justicia o el bienestar) y, segundo, el planteamiento de alternativas para corregir los vicios discursivos e institucionales previamente identificados. en esta investigación he involucrado un tercer elemento en el referido ejercicio de ponderación: el modelo de sociedad justa inscrito en los valores que sustentan los derechos humanos reconocidos en los documentos y tratados internacionales rotulados bajo este rubro (particularmente la declaración universal de derechos humanos, el pacto internacional de derechos civiles y políticos y el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales). El contraste que realizo, por ende, abarca tres extremos: el inicuo escenario de la comunidad mágica perfilada en las novelas potterianas, las críticas que los personajes rebeldes típicamente distópicos manifiestan contra ésta, y los mencionados valores que respaldan éticamente los derechos humanos (la libertad, la igualdad, la certeza jurídica o la solidaridad, entre otros), interpretados bajo una óptica republicana. dicho en términos más simples, a lo largo del presente trabajo (especialmente en su segunda parte) procuro efectuar un balance valorativo entre tres alternativas sociales: i) la injusta comunidad mágica; ii) esta misma sociedad, tal cual sus miembros disidentes desearían que fuera, y iii) una república óptima estructurada a partir del sustrato axiológico de los derechos humanos. El resultado de las sucesivas comparaciones entre estas opciones de organización política, a la postre, habrá de habilitarnos para formular una definición fundamentalmente explicativa de sociedad justa. he procurado combinar en mi análisis de la narrativa potteriana una perspectiva descriptiva (¿qué es una distopía?) Con una aproximación procesal (¿qué hace una distopía?). El propio objeto de estudio impone esta dinámica discursiva: tanto las utopías como las distopías son textos literarios con intensa vocación performativa. Mientras que las primeras llaman a sus lectores a ejecutar las visiones de la sociedad ideal que perfilan, las segundas demandan que se tomen en serio sus advertencias relativas a las tendencias sociales del presente que pueden degenerar en un estado de injusticia y opresión insoportables. la investigación se encuentra dividida en dos partes articuladas bajo estas premisas. La primera define las bases para el empleo de los relatos potterianos como instrumentos para la educación en derechos humanos, y está a su vez fraccionada en tres capítulos. El primero aborda los presupuestos y las condiciones del proceso enseñanza/aprendizaje de los aludidos derechos, con especial énfasis en el empleo de textos literarios (y, concretamente, de ficciones utópicas o distópicas) a modo de herramientas didácticas idóneas para ajustarse a los objetivos, principios y contenidos que le norman. El segundo pretende responder -en una disposición más inclinada hacia la esfera procesal de la fábula- a las tres grandes corrientes críticas que al día de hoy ofrecen una radical oposición al fenómeno cultural simbolizado por harry potter. Finalmente, el tercero está enfocado a la definición de los distintos géneros literarios involucrados en las historias protagonizadas por el célebre mago (la literatura infantil, la fantasía literaria en la variante del cuento de hadas y la distopía política). Toda definición de un género determina, a su vez, la representación de la obra literaria. La caracterización del género, por consiguiente, es indispensable para establecer el uso que, en cuanto artefactos culturales, propiamente corresponde a las novelas de harry potter (incluido su potencial como dispositivos didácticos al servicio de la enseñanza de los derechos humanos). la segunda parte está dedicada a una detallada lectura política de las ficciones potterianas, y está compuesta por el capítulo cuarto y los que le siguen. Grosso modo, puede describirse como un análisis que toma en serio la comunidad mágica descrita en la narrativa potteriana, dado lo cual le examina -tal como lo demanda el método utópico- como si se tratase de una sociedad realmente involucrada en nuestro acaecer histórico. Así, el capítulo cuarto desarrolla una reflexión sobre los valores que inspiran a albus dumbledore, personaje que, por un lado, lidera la resistencia contra el injusto régimen que impera en la antedicha comunidad mágica y, por otro, prevé y combate asimismo su ulterior derivación hacia el terror fascista. Los capítulos quinto, sexto y séptimo abordan respectivamente los elementos sobresalientes del escenario distópico donde tienen lugar las aventuras de harry potter: la democracia y el estado de derecho, la llamada cuestión social (cuyo reconocimiento y estudio ha precedido a todo socialismo), y el valor político de las diferencias. El capítulo octavo cierra con una valoración del desenlace de la saga y retoma su plano procesal al sopesar las principales lecturas políticas de las que ha sido objeto. prácticamente la totalidad de los capítulos están implicados, en mayor o menor medida, en el discernimiento de las semejanzas y diferencias entre las estrategias narrativas propias de la utopía y la distopía, que están orientadas fundamentalmente hacia una negociación entre la esperanza y la realidad. En este contexto, ambos géneros literarios son debidamente distinguidos de su némesis común: la anti-utopía, una desesperanzada mofa o reprobación del utopismo que a menudo es confundida con las convenciones distópicas. la estructura del trabajo prefigura hasta cierto punto el tratamiento que he dispensado a las fuentes. Mi investigación está centrada en una ficción narrativa para cuyo análisis he recurrido a diversas obras temáticamente referenciadas a los estudios utópicos, la teoría de la literatura, la filosofía política y la teoría del derecho. En el listado bibliográfico que he elaborado, consecuentemente, los textos literarios son considerados como fuentes primarias. Me parece que la agitación política que ha suscitado entre los menores de edad la creación de j. K. Rowling es prueba suficiente de que la literatura (sin que ello menoscabe su dimensión estética) entraña una esfera discursiva extremadamente relevante en el debate público de las democracias contemporáneas. El inter-texto configurado por mi lectura, por consiguiente, asume el arte como un pre-supuesto válido de la teorética política. la didáctica utópica que subyace a la educación en (y para) los derechos humanos rechaza el pesimismo nihilista que niega la posibilidad de un mundo más justo, pero en la misma medida repele el optimismo fácil que, ciego ante la injusticias del presente, insiste en calificarle como el mejor estado de cosas que podemos anhelar. Tanto la utopía como la distopía pueden contribuir a formar en el lector el deseo de una realidad distinta -más justa, más bella, más plena- que anticipe la esperanza lúcida e ilustrada demandada por la práctica de los derechos humanos, pero para ello es preciso identificar y rehuir la seducción de cualquier variante del conformismo anti-utópico.
Datos académicos de la tesis doctoral «Fantasía, distopíay justicia. la saga de harry potter como instrumento para la enseñanza de los derechos humanos«
- Título de la tesis: Fantasía, distopíay justicia. la saga de harry potter como instrumento para la enseñanza de los derechos humanos
- Autor: Luis Gómez Romero
- Universidad: Carlos III de Madrid
- Fecha de lectura de la tesis: 21/12/2009
Dirección y tribunal
- Director de la tesis
- Miguel ángel Ramiro Avilés
- Tribunal
- Presidente del tribunal: rafael De asis roig
- tom Moylan (vocal)
- raffaella Baccolini (vocal)
- Jesús ignacio Martínez García (vocal)