Tesis doctoral de María Jesús Caurcel Cara
El maltrato entre iguales -bullying- es descrito como un comportamiento específico de la conducta agresiva, normalmente caracterizada por la repetición y el desequilibrio de poder entre el grupo de agresores y la víctima. No es un fenómeno nuevo, pero el hecho de haberle dado nombre, de haberse hecho visible a través de los medios de comunicación, propicia que se haya convertido en un objeto de preocupación común en numerosos países, se analice con más detenimiento y que se le busquen soluciones. Hasta ahora ha sido poco valorado por las personas adultas, porque no afecta a un número mayoritario de escolares y pasa desapercibido, requiere de una especial atención dadas las graves repercusiones que produce a todos los niveles, especialmente para los alumnos directamente implicados y para el clima de trabajo del centro. esta investigación nace con el propósito de conocer más en detalle algunos aspectos relacionados con el mundo adolescente, la vida de éstos en el contexto escolar, los tipos de experiencias que tienen lugar en los grupos de chicos y chicas y, en concreto, su representación acerca del fenómeno del maltrato entre iguales. Para ello, les preguntaremos directamente a los preadolescentes y adolescentes lo que piensan sobre este fenómeno. Los estudios e investigaciones realizadas acerca de las concepciones (cogniciones) y emociones en las interacciones, relaciones personales y en grupos son reducidos en este campo de estudio, frente a la enorme cantidad de estudios conductuales. El motivo para seguir profundizando en esta área es justamente la falta de conocimiento de las cogniciones sociales acerca de las experiencias con los iguales. el desarrollo de esta investigación supone una continuidad a los trabajos de colaboración hispanos/portugueses que desde el año 1999 se vienen realizando entre el grupo de investigación psicología de la intervención en la educación (hum232) de la universidad de granada, dirigido por el profesor fernando justicia y el centro de estudos da crianí§a (cesc) de la universidade do minho, dirigido por la profesora ana almeida. Así, se ha realizado un estudio transversal evolutivo en el que se analiza el significado que el maltrato entre iguales tiene para escolares españoles y portugueses. la principal y más original aportación de esta investigación es ofrecer un instrumento que permita explorar con rigor y profundidad lo que está ocurriendo sobre maltrato entre iguales en las escuelas, por boca de quienes mejor lo conocen, sus propios protagonistas. Permitirá, igualmente, encontrar asociaciones, circunstancias típicas, regularidades, factores asociados, representaciones sobre el mismo, etc. Que faciliten establecer un buen punto de partida (línea base) para implementar intervenciones adecuadas y coherentes. Así mismo, mediante este estudio del desarrollo adolescente se pretende conocer la evolución de la compresión sobre el maltrato entre iguales, y de las variables que se convierten en factores protectores y de riesgo a la hora de verse implicados en estas situaciones. a lo largo del estudio se consta la existencia de comportamientos de victimización, con una tasa de incidencia de 7.3% víctimas, 8.5% agresores y 84.1% espectadores. Por tanto, es un fenómeno reiterado y palpable, que no escapa a la percepción de los escolares de la sociedad granadina y bracarense. los participantes tienen un conocimiento social compartido sobre el maltrato entre iguales muy próximo al de la literatura científica en este campo, y poseen una explicación social para el mismo ligada tanto al tipo de relación interpersonal que se establece entre víctima y agresor como a aspectos de la dinámica y funcionamiento típicos de los grupos de jóvenes. el maltrato se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano de la interacción entre los grupos de iguales, se considera como algo natural, goza de cierta aprobación social, se apoya el comportamiento de los agresores, y se deja aislada y desprotegida a la víctima. Y consideran que una situación que ocurre desde siempre y que va a continuar para siempre, mostrando así una visión negativa, pesimista y de resignación que dificulta la intervención y deja pocas esperanzas para la erradicación de la misma. para describir a los protagonistas del maltrato los participantes se sirven de estereotipos sociales caracterizando a la víctima como una persona pasiva, socialmente incompetente y que experimenta estados emocionales desagradables de ansiedad, depresión e inseguridad; y al agresor como una persona fuerte, valiente, extrovertida que experimenta estados emocionales agradables -victimizador feliz- que le dan poder y confianza en sí mismo, refuerzan su estatus en el grupo e inhiben otras motivaciones sociales para terminar con los abusos. también se ha encontrado que la mayoría de los adolescentes reaccionan con estados emocionales desagradables mostrando un rechazo hacia este tipo de situaciones de abuso, una sensibilidad emocional y una empatía hacia la víctima imprescindibles para generar actitudes en contra del maltrato que ayuden a erradicarlo. se analizaron posibles diferencias en función de las variables independientes o de agrupación: país, sexo, edad, papel y experiencia en situaciones de maltrato entre iguales de los participantes. Así, encontramos que si bien como fenómeno internacional existen tendencias generales y una caracterización común del maltrato entre iguales, también existen algunas diferencias entre países, especialmente en las atribuciones emocionales. a lo largo de toda la investigación se han encontrado patrones de respuesta diferentes en función del sexo de los participantes, los cuales se acentuaban con la edad. Para explicar las diferencias observadas conviene tener en cuenta cómo influyen los estereotipos de género en el desarrollo psicosocial y los distintos niveles de madurez de hombres y mujeres. Así las mujeres han demostrado una mayor sensibilidad emocional, juzgan más críticamente el maltrato y rechazan este tipo de situaciones mostrando una actitud en contra. También reaccionan ante el mismo con estados emocionales desagradables (tristeza, rabia, miedo, enfado) y muestran más empatía hacia la víctima al describirla con un amplio conjunto de características positivas y reconocen su sufrimiento y son capaces de compartir su estado emocional. En cambio, los hombres justifican más la violencia, resaltan la vulnerabilidad y la responsabilidad moral de la víctima y reaccionan con indiferencia y emociones positivas como felicidad o satisfacción ante el maltrato. Este tipo de valoración y percepción sobre el maltrato sitúa a los hombres en mayor riesgo de violencia e intolerancia. como estudio evolutivo pretendíamos conocer si con la edad cambiaban las cogniciones sociales y las atribuciones emocionales de los participantes. Así, las diferencias más marcadas las encontramos entre el grupo de edad 11 y 12 años (preadolescentes) y el de 15-16 años (adolescencia media). La percepción de la vulnerabilidad de las víctimas y una intensificación del rechazo hacia los agresores se acentúan conforme los adolescentes crecen, quizás por una mayor interiorización de las normas sociales. Las explicaciones causales se vuelven más complejas con la edad, señalando en mayor medida la intencionalidad de los agresores y los procesos de grupo. Cuando evalúan la conducta del agresor y su consecuente reacción emocional los participantes más jóvenes le atribuyen más emociones de disgusto, considerando que se sentirían mal al asumir la responsabilidad de sus actos, mientras que los mayores (15-16 años) más emociones de distanciamiento moral admitiendo la autosatisfacción y autocomplacencia que el maltrato produce en los agresores. los participantes identificados por sus compañeros como agresores, víctimas y espectadores divergen en el modo de interpretar la realidad social. los participantes víctimas consideran que los abusos son hechos muy graves; se sienten inseguras en su centro escolar; reaccionan con tristeza ante la historia de maltrato; aluden a la envidia que los agresores sienten hacia ellas como causa del maltrato y atribuyeron más emociones de responsabilidad moral (culpa y vergí¼enza) a los agresores. los participantes agresores consideran que el maltrato tiene poca o ninguna gravedad; se sienten muy seguros en el centro escolar; reaccionan con indiferencia e incluso felicidad ante la historia presentada, aceptan y exaltan la agresión; señalan más elementos exculpatorios como la manera de ser de la víctima y algo propio de la adolescencia para explicar las causas del maltrato y refieren el sentimiento de orgullo para los agresores y más emociones de distanciamiento moral cuando asumían el papel de víctima. y los participantes espectadores expresan la intencionalidad de los agresores, empatizan con las víctimas y les restan culpa y responsabilidad; atribuyeron más emociones de responsabilidad moral (culpa y vergí¼enza) a los agresores y la mayoría muestra un desarrollo moral más equilibrado lo que puede ayudar a regular la interacción social y prevenir las conductas desadaptadas. relacionado con la anterior, observamos diferencias en función del grado de experiencia en los distintos roles. Así los grupos de participantes con mucha experiencia como y como espectadores pro-víctima: – valoran negativamente este tipo de abusos. – consideran que la víctima no se merece lo que le ocurre. – reaccionan emocionalmente con sentimientos desagradables. – adoptan una actitud en contra del maltrato. en cambio los grupos con mucha experiencia como agresores y como espectadores pro-agresores: – justifican el maltrato afirmando que la víctima los provocó, que los agresores solamente se defienden y que, por tanto, la víctima se merece lo que le ocurre. – define el maltrato como un tipo de agresión reactiva. – son los que menos críticamente juzgan estos actos y los que manifiestan una mayor tolerancia hacia la agresividad. – muestran una actitud de aceptación del maltrato. – reaccionan más con indiferencia e incluso con felicidad ante los abusos mostrados. – atribuyen a la víctima emociones de distanciamiento moral y al agresor emociones de disgusto y mal estar. finalmente, queríamos conocer la relación entre el nivel de competencia social de los participantes y sus percepciones, valoraciones, actitudes, atribuciones emocionales y comprensión de la problemática del maltrato. Encontrando que una altas habilidades sociales correlacionan positivamente con: preferencias argumentales de atribución causal intencionales y de desequilibrio de poder; una actitud en contra del maltrato; unos estados emocionales desagradables al observar abusos (tristeza, furia y enfado); y un predominio de atribuciones de emociones empáticas a la víctima y de distanciamiento moral a los agresores. En cambio uno altos niveles de impulsividad inapropiada correlacionan positivamente con: explicaciones causales minimizadoras y exculpatorias; una actitud de aceptación; estados emocionales agradables al observar abusos (felicidad, diversión); predominio de atribuciones de emociones de distanciamiento moral a la víctima y de emociones no placenteras a los agresores. los resultados obtenidos deben servir para orientar las actuaciones preventivas y correctoras encaminadas a eliminar el maltrato entre iguales dentro del ámbito escolar. Pero para plantear intervención adecuada no podemos olvidar que serán los alumnos, con la ayuda de toda la comunidad educativa, los que tendrán que buscar una salida efectiva al maltrato. Es decir, los alumnos deben formar parte de la solución al maltrato y deben pilotar su resolución: – cambiando actitudes de aceptación de los agresores y sus colaboradores. – modificando y mejorando el clima de aula. – promoviendo una comprensión del maltrato por abuso de poder. – incrementando sus capacidades socio-cognitivas y el sentido moral. – desarrollando estrategias de solución negociada y cooperativa de conflictos. – formándolos en valores. – desarrollando su inteligencia emocional. – mejorando el reconocimiento y el control de las emociones. – fomentando la empatía. el problema, es que estos aspectos carecen de peso en el currículum escolar. Por lo que será necesidad incluir en la formación inicial y permanente del profesorado este tipo de contenidos para que puedan asumir el papel de mediadores en este tipo de situaciones.
Datos académicos de la tesis doctoral «Estudio evolutivo del maltrato entre iguales desde la percepción y el razonamiento sociomoral de los implicados.«
- Título de la tesis: Estudio evolutivo del maltrato entre iguales desde la percepción y el razonamiento sociomoral de los implicados.
- Autor: María Jesús Caurcel Cara
- Universidad: Granada
- Fecha de lectura de la tesis: 09/03/2009
Dirección y tribunal
- Director de la tesis
- Fernando Justicia Justicia
- Tribunal
- Presidente del tribunal: gonzalo Musitu ochoa
- fuensanta Cerezo ramirez (vocal)
- angela Muñoz sánchez (vocal)
- María margarida Gaspar de matos (vocal)