Un portaaviones es un barco muy grande que transporta avión. Éstos pueden despegar y aterrizar en una amplia pista instalada en su cubierta. Los portaviones son buques de guerra.
Poseen una cubierta superior corrida y despejada sobre la cual pueden despegar y aterrizar avión. Estos suelen tener las alas plegables, para facilitar el alojamiento en las cubiertas inferiores, que sirven de andar. A veces el despegue se efectúa con ayuda de una catapulta vapor, y el aterrizaje se facilita por medio de un cable elástico que frena su carrera. Para que la cubierta de vuelo esté lo más despejada posible, el puente de mando se levanta a uno de los costados del buque.
Un Portaaviones es un buque destinado al transporte de aviones y dotado de una plataforma que sirve de pista para la elevación y recogida en plena navegación.
Además de los aviones, estos buques llevan misiles y cañones antiaéreos equipados con dispositivos de tiro de guiado electrónico y van armados con diversos medios ofensivos y defensivos.
Su elevado coste y vulnerabilidad frente a las armas de precisión ha implicado una drástica reducción de su número y, en consecuencia, de su importancia estratégica.
En la práctica, sólo la armada norteamericana, con sus portaaviones de ataque, cuyos aviones van equipados con armamento nuclear, y los poderosos portaaviones de propulsión nuclear, como Enterprise y el Nimitz , los sigue considerando como pieza clave de su estrategia naval.
En un principio, cuando se advirtió la necesidad de llevar la aviación a operar sobre el mar en coordinación con los buques de guerra, se utilizó a este fin el hidroavión: pero las dificultades de amaraje y despegue de éste recomendaron sus sustitución por aparatos de ruedas, que despegasen de la cubierta de un buque y aterrizaran posteriormente sobre ella.
El 14 de noviembre de 1910, por primera vez, un avión despegó de un barco británico desde una cubierta de 25 m de longitud. La primera navegación la efectuó un avión estadounidense (18/1/1911) sobre una plataforma de 32 m a una velocidad de 50 km/h. Sin embargo, los británicos se decidieron por los portahidros (los hidroaviones despegaban desde el agua, amaraban cerca del buque y eran izados a bordo), y transformó a este efecto diversos barcos mercantes (Empress, Engandine, Riviera), hasta, que tras su fracaso durante la Primera Guerra Mundial, volvió al estudio de los portaaviones.
La gran dificultad se centró en la situación del puente y la chimenea en relación con la cubierta de vuelo, pues aquéllas dificultaban las operaciones de despegue y navegación. Las dificultades no fueron vencidas ni con el Furious, crucero transformado al que se había suprimido la torre de proa y dotado de una cubierta desde el puente hasta la proa (seguía siendo crucero desde el puente hasta la popa), ni con el Argus.
Finalmente, la solución adoptada fue la «isla», conjunto de puentes y chimeneas desplazados sobre la borda de estribor, dado que a los aviones de hélice, por el sentido de giro de ésta, les era más fácil virar a la izquierda. Con dicha isla se hizo a la mar, en 1924, el primer portaaviones propiamente dicho, el Hermes (10.850 t, cubierta de 182 m, 20 aviones), también británico.
A partir de entonces la construcción de portaaviones se multiplicó en Estados Unidos, Japón y Francia, si bien todos ellos fueron antiguos buques transformados. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial sólo Estados Unidos y Gran Bretaña poseían portaaviones, pero durante los años 1941-1945 esta clase de buques se impuso definitivamente.
Desempeñaron un papel importantísimo tanto en los ataques con torpedos o bombas, a fuerzas navales surtas en puertos (Tarento, Pearl Harbour) como en alta mar en combates de flotas (Midway, mar del Coral) y en la protección de convoyes armados o mercantes contra los ataques de los submarinos. Además, formaron parte de grupos ofensivos cazasubmarinos, constituidos por un portaaviones y tres o más destructores, cuando la guerra contra los submarinos dejó de ser defensiva, a partir de 1943.
El acorazado con piezas de 30 o 40 km de alcance máximo fue sustituido por portaaviones, capaces de enviar sus aparatos a distancias de centenares de kilómetros. Después de la Segunda Guerra Mundial, al incorporarse los aviones de reacción a la marina, fue necesario instalar una segunda cubierta oblicua que facilitara el despegue y aterrizaje de estos aviones.
EE.UU. empezó a destacar en la construcción de estos buques en 1955 en que destacó el Forrestal, de 314 m de eslora y capaz de poner en 4 minutos 32 aviones en el aire.
En 1961 puso en servicio el Enterprise, primer portaaviones de propulsión atómica.
me encantan los portaviones, me parecen un prodigio de la ingeniería naval deslumbrante. Soy naturalista y pacifista, por lo que su cometido normalmente para fines militares no me parecen adecuados, pero como invento me parece increíble.