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JIDDU KRISHNAMURTI: Frases célebres

Citas y frases célebres de Jiddu Krishnamurti

Citas y frases célebres de Jiddu Krishnamurti

Vemos que esta fragmentación tiene lugar y por medio de la observación, al pensar con claridad, sabemos también por qué hacemos esto. Estamos condicionados desde la niñez a pensar de cierto modo. Un matemático, un científico, ha seguido una línea particular y todo lo demás es secundario para él. Él ha despedazado la vida, la ha fragmentado.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

Vivimos vidas de descomposición gradual, de gradual decaimiento. Al llegar a la senilidad, las células del cerebro se hacen más y más débiles, pierden toda su energía, su vitalidad, su fuerza. He aquí el dolor más grande. Conforme envejecemos, la memoria desaparece y nos tornamos seniles, que es la repetición de lo que ha sido. Así es como estamos viviendo. Aunque somos muy activos, somos seniles. En el presente, en el momento de la acción, siempre estamos viviendo en el pasado, con sus influencias, sus presiones, su tensión, su vitalidad. Todo el conocimiento que hemos adquirido y almacenado a través de enorme esfuerzo, a través del tiempo, es el conocimiento del pasado. El conocimiento nunca puede ser el presente. Desde ese conocimiento pasado, actuamos y esa acción la llamamos ‘presente’. Esa acción siempre está engendrando descomposición.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

(…) Debemos quedar libres de esa absurda invención de negocio en gran escala llamado ‘religión’, que es una gran corporación controlada por los sacerdotes y la jerarquía, igual que cualquier negocio.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

(…) El absurdo de la vida promedio que llevamos: la vida de la clase media, de la burguesía; la vida de los comunistas, la vida que es una repetición interminable de un patrón.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

Un hombre que está viviendo plenamente, claramente, no se preocupa por el mañana. No hay preocupación alguna, él está viviendo, y no está mirando hacia alguna futura continuidad. Toda forma de continuidad, excepto el conocimiento de una destreza, es totalmente destructiva de lo nuevo. Lo que continúa es hábito, memoria, la repetición de un patrón de placer, de dolor, de deseo. La repetición de cualquier hábito, de cualquier patrón, no puede producir un estado de mente que sea totalmente nuevo, joven, decisivo, vivaz y no abrumado por el pasado.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

Vivimos en la superficie, esperando que de algún modo, alguna vez, estos problemas se resuelvan. Por desgracia los problemas no se pueden resolver a menos que nos enfrentemos a ellos, a menos que sepamos bregar con ellos, que veamos lo que de hecho son. Hemos sido entrenados a través de muchos, muchísimos siglos, como seres humanos, a evitar los problemas, a escapar de ellos, a reprimirlos, a esquivarlos o bien a defendernos de ellos; pero desgraciadamente, aunque tratemos de escapar, éstos existen todavía. Hemos construido muy astutamente una red de escapes. Aparentemente, no podemos mirar en forma directa nada. Nuestras mentes tienen opiniones que nos impiden mirarlas cosas como ellas son, de enfrentarnos a lo que es. Nuestras mentes y corazones nunca están vacíos para observar, para mirar.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

Usualmente vamos a través de la vida confusos, desdichados, sin darnos cuenta de nosotros mismos, o en un estado de fastidio, hasta que morimos. Esa es nuestra suerte. Hemos edificado una red de escapes. Inventamos reiteradamennte varias trampas en las cuales caemos. Una de las grandes trampas es la idea de que tenemos que buscar y encontrar. Pero de hecho, no sabemos lo que estamos buscando. Decimos que estamos buscando la verdad, el amor, Dios, todas las innumerables cosas que cada persona, de acuerdo con su temperamento, está buscando. Nunca discurrimos por qué hemos de buscar en absoluto, qué es lo que buscamos o si existe tal cosa por la cual estamos preguntando, inquiriendo.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

La idea de ‘busca y encontrarás’ es para mí totalmente absurda. ¿Cómo puede una mente confusa, pequeña, autocentrada, encontrar algo más allá de sus propias proyecciones? UN hombre sabio, un hombre que está alerta, nunca busca. Cuando ustedes no buscan en absoluto, no están dando margen a la experiencia y entonces es que empiezan a clarificar su confusión. La mayoría de nosotros deseamos más experiencias nuevas, una gran variedad de experiencias, más emociones, más visiones, mayor claridad; pero una mente que está anhelando ‘el más’ está eludiendo lo que en realidad es.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

No hay el buscar, pedir, propiciar más y más experiencias. ¿Por qué buscamos ‘más’? ¿Por qué buscamos algo nuevo? Es porque nuestras mentes son pequeñas, superficiales, vanas, están ambotadas, fastidiadas y deseamos escapar de todo eso a cualquier precio.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

La meditación es de importancia porque es sólo la mente meditativa, la mente que está mirando, oyendo, escuchando, y observando, alerta de todas sus reacciones y sutilezas, sin nunca condenar, justificar ni tratar de volverse famosa, sino simplemente observando, es sólo tal mente la que tiene significado. Si hacemos una pregunta correcta, en ella misma está la contestación. Pero si preguntamos a otra persona y aceptamos lo que nos dice, somos tontos. Entonces vivimos de fe y esperanza, atrayendo de ese modo la desesperación, la ansiedad y el temor. Pero si uno observa mientras camina, se mueve o actúa, uno descubre por sí mismo la significación plena de la existencia. Eso puede descubrirse solamente cuando existe ese estado de observación, de escuchar. Ello quiere decir que uno nunca rechaza, nunca reprime ni se defiende. Cuando nuestra mente es vulnerable, cuando el cerebro ya no funciona como el del animal, con su codicia, envidia, ambición, agresividad; entonces, se es capaz de escuchar totalmente, y por tanto de descubrir y ver por uno mismo.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

(…) ¿Por qué debe uno creer en cualquier cosa, hasta en los platillos voladores? ¿ Por qué hemos de creer que existe Dios o no existe? O lo hay, o no lo hay. ¿Por qué debe uno creer…? Si uno ha visto eso, adquiere una mente extraordinaria. ¿Viene la libertad en el preciso momento? La libertad viene para cualquier persona que está realmente ansiosa de descubrir. No importa el tiempo ni la madurez; no es asunto de madurar con la vejez; de lograrlo a través de la recta acción. La madurez no viene con la edad, por el desarrollo del cuerpo. Viene cuando se es realmente serio y se ha comprendido que no hay escape posible. Cuando uno ve la vida como ella es, cuando uno se ve a sí mismo como es; desde allí uno puede moverse.

JIDDU KIRSHNAMURTI (1966)

El mal de nuestro tiempo consiste en la pérdida de la conciencia del mal

JIDDU KRISHNAMURTI

No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.

JIDDU KRISHNAMURTI

Lo que ustedes desean es mantener la corrupción, vivir en la corrupción y que se les ayude en esa corrupción. Quieren que se les ayude a vivir un poco más confortablemente, a seguir con sus ambiciones, con su estilo de vida, con sus envidias, sus brutalidades; quieren continuar con su existencia cotidiana, pero un poco modificada: volverse un poco más ricos, tener un poco más de bienestar, ser un poco más felices. Eso es todo lo que desean: un empleo mejor, un automóvil mejor, una mejor posición. En realidad, no desean estar completa, totalmente libres del sufrimiento. No quieren descubrir qué es el amor, la belleza e inmensidad del amor. No quieren descubrir qué es la creación. Lo que realmente quieren es que se les ayude a continuar, de una manera modificada, en este desdichado mundo, con la fealdad de sus vidas, con la brutalidad de su existencia, con su conflicto cotidiano. Eso es todo lo que conocen; se aferran a eso y quieren modificarlo. Y de cualquiera que les ayude a vivir en ese campo, ustedes piensan que es un gran hombre, que es un santo, un salvador maravilloso.

JIDDU KRISHNAMURTI (1964)

No hay ayuda de nadie, no hay ayuda de ninguna clase, ésa es una cosa terrible de comprender por uno mismo. Tienen que comprender el hecho pasmoso, alarmante, de que cada uno de ustedes, como ser humano, tiene que permanecer completamente solo sobre sus propios pies; no hay Escrituras, ni líderes, ni nada que pueda salvarlos; tienen que salvarse por sí mismos. ¿Saben qué ocurre cuando comprenden ese hecho? Es un hecho. Cuando se dan cuenta realmente de ese hecho, o bien se hunden más todavía en su corrupción, o ese hecho mismo les da una energía tremenda para abrirse paso a través de la red que implica la estructura psicológica de la sociedad; se abren paso, la hacen trizas por completo. Entonces nunca buscarán ayuda, porque son libres.

JIDDU KRISHNAMURTI (1964)

Somos cristianos, hindúes, ateos, comunistas o Dios sabe cuántas otras cosas; somos todas esas cosas y a través de ellas (…).

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Cuando usted pregunta, desea encontrar una contestación, y esa contestación dependerá de sus condicionamientos, tendencias, esperanzas o temores. Pero si usted está observando, no hay demanda ni pregunta; está observando.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Usted tiene que comprender su propia naturaleza: sus tendencias, su idiosincracia y sus prejuicios; la estructura de su relación con los demás, la anatomía del temor en que está sujeto, la urgencia de realización, la urgencia de ser alguien con todas sus frustraciones, con la búsqueda de placer, sexualmente y en tantas otras diferentes direcciones. Si la mente no se da cuenta de todo eso, tanto de lo consciente como de lo inconsciente, entonces el intervalo entre uno y la naturaleza jamás puede ser trascendido.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Démonos cuenta de que la vida es un movimiento, un río con tremenda fuerza, energía, empuje, siempre en movimiento. Yo, como ser humano, soy parte de ese movimiento. (…) He sido condicionado como hindú, católico, como comunista, lo que ustedes quieran. Respondo a cada movimiento de la vida de acuerdo con mi condicionamiento. Mi condicionamiento es pequeño, ruin, estrecho, superficial, estúpido, y desde ese condicionamiento respondo. Mi respuesta será siempre inadecuada: por tanto, siempre tendré problemas. Me doy cuenta de esto, y digo: ‘¡Por Dios, debo librarme de mi condicionamiento; tengo que librarme de todas mis inhibiciones conscientes: las tradiciones, el peso del pasado!’. Mientras estoy haciendo eso: analizar, disecar, examinar, los retos llueven sobre mí. Estoy creando problemas porque no estoy respondiendo. Mientras estoy tratando de librarme de los condicionamientos, estoy creando problemas, porque los retos siguen ocurriendo y yo no respondo a ellos.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Una mente que puede encarar un reto con energía total no crea un solo problema. Es tan sólo la mente que responde a un reto desde un trasfondo, con sus condicionamientos, la que siempre es inadecuada, la que crea problemas.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

El aprender implica, con seguridad, una mente fresca que está aprendiendo, no el haber aprendido y con lo que se ha aprendido funcionar ahora, actuar. Una mente que está aprendiendo, siempre está actuando no a base de lo que ya ha adquirido, sino que está aprendiendo mientras actúa.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Ha habido muchas guerras brutales, guerras que no tienen sentido. Ninguna guerra tiene sentido; no hay guerras justas ni guerras equivocadas. Todas las guerras son injustas. Tenemos que aprender y aparentemente somos incapaces de hacerlo. Aunque los mayores de la presente generación han afrontado dos guerras catastróficas, parece que no han aprendido. Continuamente viviendo psicológicamente en una sociedad en la cual existe la competencia, la codicia, la envidia y la adoración del éxito, que son todos indicadores de conflicto, de batalla.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

La paz es absolutamente necesaria no tan sólo internamente sino en lo exterior. Lo primero de todo es que nosotros no queremos paz, no la exigimos. Si así lo hiciéramos, no tendríamos nacionalidades, ni gobiernos soberanos, ni ejércitos, pero como seres humanos tenemos intereses creados y no queremos la paz en forma alguna. Todo lo que queremos es una continuidad satisfactoria en el campo de esta agonía. Queremos cavar una pequeña paz en un pequeño rincón, en cualquier parte de nuestra propia mente y corazón y vivir en él, en este pequeño ego en descomposición, podrido y miserable.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Vemos cuán falta de madurez es la actividad política, religiosa y económica que se desarrolla alrededor nuestro. Existe un solo problema político: la unidad del género humano, y nadie parece preocuparse de él. Se habla mucho del tema, pero para llevarlo a buen fin, tendrá que haber, no sólo un cambio económico, un cambio psicológico en la estructura social, sino también en toda la estructura de la psiquis, de la mente.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Somos producto del medio ambiente, de la sociedad en que nacimos, de las religiones con su propaganda, que nos han lavado el cerebro para que creamos esto y no creamos aquello. Somos el resultado de todo eso, y el provocar un cambio dentro de sus limitaciones no es cambio en absoluto. Ciertamente, el cambio implica trascender o ir más allá de tales limitaciones.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

En primer lugar, ¿cómo podemos tener claridad? ¿Cómo va uno a ver, a actuar de modo que no haya confusión y que la acción no produzca ulterior miseria, conflicto y oscuridad? ¿Es posible que cada uno se mire a sí mismo y sus problemas tan claramente que no haya ni la sombra de una duda que nuble el problema, y por lo mismo, éste se resuelva totalmente?.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

¿Por qué yo, como ser humano no respondo a cada requerimiento de la vida tan plenamente que no haya fricción? Permanezco con el reto todo el tiempo; no hay defensa; no hay el huir de él. ¿Por qué? Cuando me hago a mí mismo esta pregunta, la reacción instintiva es encontrar la causa. Me digo: ‘He sido educado erróneamente, tengo tantas presiones, tantas responsabilidades, tantas preocupaciones; estoy tan condicionado…; todo mi pasado mi impide responder plenamente.’.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

¿Por qué dependemos de cualquier reto? La mayoría de nosotros estamos dormidos; nos hemos refugiado en nuestras ideologías. Tenemos defensas. Queremos estar a salvo, seguros. Queremos estar seguros en nuestras religiones, en nuestras creencias, en nuestros dogmas, en nuestras relaciones y actividades, y todo esto engendra letargo gradual, condicionamiento mecánico. Entonces, un reto viene a despertarnos. Lo importante del reto es que en verdad nos despierta; pero cuando despertamos respondemos desde un trasfondo y, por tanto, creamos más problemas. Incapaces de resolver los problemas, nos echamos de nuevo a dormir. Vuelve otro problema, otro reto; despertamos momentáneamente, pero de nuevo nos echamos a dormir. Y así es como vivimos. Si vemos este total proceso de enfrentarnos plenamente al reto con plena atención, entonces surge la pregunta: ¿Es necesario el reto de forma alguna? ¿Existe verdaderamente un reto? Un hombre que está completamente despierto no tiene necesidad de retos; no tiene problemas; él se enfrenta a cada reto en forma nueva. Una mente que está por completo despierta no tiene problemas y, por tanto, no depende del reto para mantenerse despierta. Esto puede comprenderse tan sólo cuando hemos hecho frente al problema, al reto, con plena energía, no desde un trasfondo. Una mente que no tiene retos está completamente libre, y desde esa libertad ella puede seguir adelante.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Es solamente la respuesta inadecuada a un reto lo que engendra temor. Existe el miedo a la muerte: el miedo a perder un trabajo; a la soledad; al miedo a no ser alguien; el miedo y la frustración de tratar de ser alguien, de llegar a ser famoso por varios medios, y el miedo de no llegar a serlo. Tales temores engendran neurosis, un estado neurótico de la mente. Cuando hay temor no hay efecto; no hay amor; no hay comunicación. Cuando hay temor hay un impulso mayor por defendernos. Cuando hay temor, la mente inventa todos los dioses, las ceremonias, los rituales, la división de la gente en europeos, americanos, chinos, hindúes. Entonces el temor comienza a inventar la paz, la unión de todas las naciones. Es el miedo el que lo dicta. Al miedo no le es posible resolver todos estos problemas.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

El mundo entero adora el éxito. Si tengo dinero, posición, prestigio, fama; si soy alguien y soy conocido por un número de lectores de periódicos, esto es muy placentero; me da un sentimiento agradable, pero ¿qué significa todo eso? ¿Existe tal cosa como la realización? ¿Qué es lo que estoy realizando y por qué quiero realizar? Quiero realizar, hacerme famoso, porque internamente no soy nada, estoy vacío, estoy solitario; soy una criatura miserable y me revisto con el plumaje de la fama, porque tengo alguna técnica para el violín, el piano o la pluma. Al realizar, estoy escapando de ese vacío, de esa soledad, de esa interminable actividad y fastidio, debido a que poseo una pequeña técnica. Ese realizar es un escape del hecho de lo que soy. ¿Puedo resolver lo que soy, esa fealdad, esa vaciedad, esa actividad autocentrada con toda esa neurosis y sus demandas? Cuando puedo resolver que no me importa si soy o no famoso, si hay o no realización, estoy más allá de toda esa estúpida fruslería.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Se han tratado tantas formas para detener el pensamiento: el ingreso en un monasterio; la identificación con alguna imagen, teoría o concepto; la disciplina, la meditación, el esfuerzo, la represión… El hombre ha tratado todo cuando es posible, se ha torturado a sí mismo en mil formas diferentes, porque entiende que pensar es muy doloroso. ¿Cómo puede ello lograrse¿ Ello envuelve una cuantas cosas. En el momento en que usted hace algo para detenerlo, el pensamiento se vuelve un problema. Surge una contradicción. Usted desea pararlo, pero él sigue adelante más y más. Esa misma contradicción engendran conflicto. (…) Así, pues, ¿qué ha hecho usted? Usted no ha terminado con el pensamiento, pero ha introducido un nuevo problema, que es el conflicto. Todo esfuerzo por detener el pensar, lo único que logra es alimentarlo, vigorizarlo. Usted sabe muy bien que tiene que pensar, tiene que ejercer todo su energía para pensar limpia y claramente, con cordura, en forma racional y lógica. Pero usted sabe que el pensar cuerdo, racional y lógico no detiene el pensamiento. Este continúa sin cesar.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

(…) El pensamiento tiene que usarse. En eso estamos todos de acuerdo. El pensamiento tiene su valor, su importancia, su sitio. Puede un ser humano vivir en un estado de mente tan tremendamente activa, que está vacía. Un tambor bien templado siempre está vacío y cuando se le toca produce el tono exacto. ¿Es posible para la mente estar de ese modo vacía? (…) No es sencillamente una cosa mística, vaga, adormecedora. Sólo como resultado del vacío es que uno puede ver la belleza de la vida, la belleza de un árbol. No puede uno ver si no está vacío, sin compromiso alguno, siempre aprendiendo, no acumulando, sino observando, despierta, alerta, sin elección alguna y, por lo tanto, con tremenda atención. ¿Han notado ustedes alguna vez que están completamente atentos, con los nervios, la mente, el corazón, el oído…? (…) En ese estado de intensa atención no hay pensar. Es sólo cuando estamos inatentos que empieza toda la farsa.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

La historia establece que el hombre ha tenido quince mil guerras en los últimos cinco mil quinientos años. Ello significa dos guerras y media por año. Los seres humanos se han entregado a una vida de violencia, ambición, codicia y competencia, la búsqueda de la fama, el prestigio nacional. Todo esto es violencia. ¿Cómo puede uno, no como americano, vietnamita o comunista, no en membrete, sino como seres humanos que somos usted y yo, dondequiera que vivamos, cómo puede uno poner fin a la violencia.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Yo, como ser humano, soy violento. Por la naturaleza misma de mi ser soy ambicioso, competidor, egoísta, codicioso, envidioso. Las células mismas de mi cerebro son el resultado de siglos de animalidad y soy violento. Después de leer historia, después de sufrir, digo: ‘No debo ser violento, la violencia llevará a ningún sitio’. Deseo librarme de la violencia y creo que teniendo el ideal de no violencia, puedo usar ese idea como trampolín para escapar de mi violencia. Eso nunca ocurre así. Lo que nos librará no será el ideal de la no violencia, sino el conocer de hecho la violencia, de conocer el hecho de lo que es, y no la idea de lo que debe ser, con todo lo cual se ha ensayado muchas veces. Interminablemente se ha predicado en favor de la no violencia, en la India y en todo el mundo. Toda religión ha hablado sobre el tema diciendo: ‘Sed bondadosos, sed apacibles, no hagáis daño, amaos los unos a los otros’. Pero las religiones no han promovido la paz, por el contrario, ha habido guerras religiosas. Lo que puede terminar con la violencia es el verla, el encararse a lo que es, lo cual significa no tener nacionalidad.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Los chinos invadieron a la India y cuando hablamos de este tema en la India, decían: ¿De qué habla usted? Se nos está atacando; en consecuencia, tenemos que defendernos. Se necesita un ejército, y ya hemos caído en lo mismo. El movimiento del odio, de la guerra, continuará a menos que todos nosotros veamos que el odio no puede terminar por el odio, por la defensa. Si fuéramos y dijéramos a los vietnamitas que no odiaran, nos tirarían al agua, o nos fusilarían porque nos creemos pacifistas. He ahí lo que queremos decir cuando sostenemos que tiene que haber una total revolución en la mente, de modo que dejemos de ser cristianos, budistas, católicos, comunistas, americanos, hindúes, alemanes, italianos. Somos seres humanos. LO que importa es la unidad del hombre, no la pugna entre un país y otro país.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Si vemos la naturaleza del nacionalismo, todo su contenido, no meramente en forma verbal, no sólo el agitar de banderas, o el pacifismo, sino todo su proceso; si lo comprendemos totalmente, todo ello ha terminado. Ya usted no pertenece a país alguno, a ningún grupo o raza.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Lo que nosotros conocemos de la acción es la repetición. Es como un hombre que va a una oficina durante cuarenta años hasta que se retira y muere, y la viuda recibe el dinero. Su actividad es repetitiva: continuamente hace la misma cosa, acaso un poco más hábilmente que el compañero, por lo cual le pagan un poquito más, pero día tras día repite el mismo patrón. Esta repetición de la misma actividad resulta muy cómoda. Uno se siente seguro. Jamás surge una duda. Nunca hay una pregunta. Es como si se nos llevara sobre una ola de algo establecido por la sociedad, como sucede cuando hay guerra. Durante una guerra todo el mundo está terriblemente unido; no tenemos responsabilidades; todo se nos dice y nosotros simplemente obedecemos. En general, para nosotros la acción significa repetición, y por lo tanto, no hay nada nuevo, nada fresco, nada que nos dé nueva energía. Pero cuando desaparecen las defensas, las pretensiones, las máscaras, surge entonces una clase nueva de acción, una acción que no se basa en la acumulación de experiencias y conocimientos, lo cual se necesita a cierto nivel de destreza.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

(…) Cuando se planta una semilla (…) ponemos en ello sumo cuidado. Hacemos el hoyo, abonaos el terreno y la sembramos. Tenemos que darle agua y solo; pero si todo el tiempo estamos sacándola para ver si germina, la matamos. He aquí lo que siempre hacemos. Oímos algo que puede ser verdadero o falso –ese no es el punto-, sino que oímos algo y enseguida reaccionamos, lo descartamos o aceptamos, lo negamos o hacemos algo al efecto. No nos cuidamos de ofrecerle una oportunidad de florecer.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

Debemos hacer preguntas sobre todas las cosas: la nacionalidad, los reyes y reinas, el comportamiento del gobierno, las religiones: acerca de todo lo que sea de interés humano. Es necesario tener gran escepticismo. Es necesario que nunca digamos sí; antes bien, decir no y luego inquirir. Los más de nosotros sólo sabemos decir ‘sí’, porque así se nos educó desde niños. El padre, la madre, el sacerdote, el gobierno…, todo en derredor nuestros está condicionado y tanto influye en nosotros, que simplemente lo aceptamos todo. Así, pues, rara vez interrogamos, y cuando interrogamos, hacemos las preguntas más tontas.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

¿Cómo puede usted vivir en este mundo y sin embargo ser inocente? Primero, sea inocente, y entonces usted vivirá en este mundo: no lo contrario, sea vulnerable, tremendamente vulnerable, ¡Usted no entiende siquiera lo que es ser inocente! Si usted es inocente, (…) puede vivir en este mundo, en cualquier mundo. Más, si no es inocente, usted trata de adaptarse al mundo y entonces se desata todo el infierno. Pero aprenda usted sobre este sentido de inocencia. No trate de conseguirlo; no es cuestión de la palabra; sino de ese estado en que usted no tiene pretensiones, ni máscaras, ni conflicto. Esté en ese estado (…). Entonces puede ir a la oficina, puede hacer cualquier cosa. Si usted sabe lo que es el amor, usted puede hacer lo que quiera. No hay conflicto, ni pecado ni dolor.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

El deseo de seguridad conlleva la construcción de máscaras, privada y públicamente.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

(…) La única cuestión política es la unidad del hombre. Ningún político actual está interesado en ello. No podemos volvernos a la política en espera de que produzca la unidad del hombre, ni tampoco podemos esperarla de la gente religiosa. A ellos no les interesa. Si (…) como seres humanos, no nos interesan el nacionalismo, las religiones separadas, y todo el resto de ello, entonces (…) quizá podríamos tener un nuevo tipo de mente.

JIDDU KRISHNAMURTI (1966)

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