Una instalación eléctrica comporta una serie de dispositivos de seguridad, como los cortacircuitos manuales, los fusibles y los disyuntores.
Estos últimos son interruptores automáticos, que se basan en el principio del electroimán.
El campo magnético creado por la bobina obtiene su fuerza de la de la corriente que pasa por ella; si la corriente es demasiado intensa, acciona la palanca de un interruptor que corta el circuito.
En las instalaciones eléctricas domésticas modernas suele figurar un disyuntor junto al contador de la electricidad.